Friday, January 27, 2012

DIGNIDAD

Friday, December 23, 2011

PISCINAS Y TOBOGANES


PISCINAS Y TOBOGANES

Con un bañador de estampados de Joan Miró
y con dieciseis años
Te creias el rey
de los toboganes del parque acuatico

La conociste en la piscina
era la amiga de la que siendo pobre entonces
despues se volveria rica
Hablasteis y te diste cuenta de que apènas tenia pechos.

Después, como pasa muchas veces
metiste la cuarta y quisiste que todo fuese demasiado deprisa
tardes de helados y casettes
el turbador encanto de todo lo que la acompañaba
pronto pensariais
que oscuras se quedan las terrazas cuando estan recogidas.

Una novia como una camiseta
es posible que aun tuvieras corazón.

Luis Roser

Friday, April 15, 2011

CARRERA DE FONDO.


CARRERA DE FONDO

Desde la ventana del despacho, a lo lejos veo el parque.
Cda día sobre las cinco y media de la tarde -a esa hora que cuando fuimos niños
nos daban la marienda-veo la misma escena.
Un niño corre detras de las palomas,corre inmovil-quiero decir-corre todo él, pero dejándose llevar por cierta pesadez, sin apenas ejercitar los músculos.
El padre se aproxima, también corriendo y se para junto a el, entonces el niño se detiene y se queda inmovil, casi perdido en medio de la marea.
Comienza a corer de nuevo, sin rumbo y las palomas hechan a volar a su paso.

Llega el padre, se para y el niño se detiene, no consigo ver nada entre ellos, una coexión, un campo magnético, algo, por sutil que sea.
Aún así hay algo en el cuerpo de ese padre, parado, mirando a su hijo que no entiendo.
Algo que no podré llegar a entender nunca de no ser que quizás, algún día, en algún momento posible llegue a tener un hijo autista.
Cuando salgo de mis pensamientos y levanto la vista ya no están.

Friday, April 01, 2011

CONTENEDORES DE ARTE


Un nuevo edificio en la ciudad.
Un museo de arte contemporaneo. Una red de escaleras mecánicas que se cruzan, los viejos tejados, dentro de los nuevos.
Grandes salas, grandiosas, apabullantes. Pronto se nos termina la capacidad de sorpresa, poca ambición para un cascaron de 24 millones de euros, desfase presupuestario, eco y carencia de obra.
Espacio y arte por y para el pueblo, dice Pablo Serrano pegado a la pared.
Nos queda el futuro.

Arriba, en la azotea el cierzo nos despeina y nos hace más humanos.
En la noche, la ciudad brilla con sus luces y sus sombras.
Conspira a favor nuestro.
Otro peso más para la eterna e invencible Zaragoza.

Saturday, March 12, 2011

MICRORELATOS 4


MANHATTAN

En el cuarto piso B de la calle Jose Antonio Labordeta, una pareja hacía el amor, mientras sonaba Manhattan de Leonard Cohen.
LLevaban poco tiempo en el piso y todavían no habían comprado las cortinas, por lo que para que no les viesen los vecinos habían bajado las persianas.
Fuera, el día era radiante, arrancaba la primavera y el sol intentaba colarse por cada hueco de la persiana, dibujando curiosos códigos sobre aquellos cuerpos que parecían, poco a poco, ir fundiéndose el uno con el otro.
Se acabó el disco y dejo de sonar.
El hombre había caido abatido, extenuado mientras besaba y abrazaba a su pareja.
Silencio.
Interiormente en el mundo que no vemos un espermatozoide adelantado había conseguido introducirse en un óvulo que brillaba con un rótulo de Neón.

Lejos, muy lejos, a miles de km, en una mansión muy grande, demasiado grande en contraban el cuerpo de Michael Yackson muerto en extrañas circunstancias

Wednesday, March 02, 2011

MICRORELATOS 3


ARQUEOLOGÍA



El hombre que recogía colillas en la parada del veintitres era un hombre de otro mundo y posiblemente de otro tiempo.
Al verlo recoger una colilla y encenderla con aspecto huraño no pude evitar pensar en como nos vamos alejando de nosotros mismos.
Yo de pequeño también recogí alguna y seguramente la encendí jugando a retar a mi propio futuro.
Al subir al bus y pasar la tarjeta, pensé si todavía estaba, me giré y miré a la parada.
Había desaparecido.

No supe decir si fué un espejismo.

L. Roser.

Saturday, February 26, 2011

PUEDE OCURRIR



PUEDE OCURRIR


Espera un poco – ya solo falta un rato – me dijo mi hermano dándome un codazo, mientras con cara seria miraba a su alrededor desde hacía rato, extrañamente intrigado.
Yo no sabía mucho de aquel que había sido compañero del colegio de Carlos mi hermano mayor, sólo sé que llamó alguna vez a casa de mis padres preguntando por él y que era un forofo del atletic.

Con once años es complicado todavía entender lo necesario que resulta ser un poco extravagante.

Salimos antes un poco apresurados.

De camino a casa, caminando, junto a mi hermano, no pude dejar de pensar en aquel ataúd en medio de la sala cubierto de flores y de la camiseta de MeSsi y una bufanda del Barça.
Al final no aguanté más y miré a mi hermano que parecía un poco ido y le dije:
¿ Pero Carlos, este no era del Atletic?
Éso creía yo – levantó la vista pensativo y siguió caminando.
Yo que me había quedado parado corrí tras él, cuando oí en voz baja, (casi en un susurro).
Yo para mí, que nos hemos equivocado.

L. Roser

Monday, February 14, 2011

MICRORRELATOS I



TIEMPOS ACTUALES



Durante el año y tres meses que estuve trabajando en la fábrica de muelles, casi, cada día, veía, en el autobus urbano, de pie, nunca sentado, a aquel hombre de mediana edad y con el reloj al revés.
Al principio fué algo que me llamó la atención, ver como daba vueltas a la rosca que rodeaba la esfera y escuchar aquel sonido, casi imperceptible, como de arrastre.
Pensé que relación difusa tendría aquel hombre con el tiempo.
Después dejé de prestarle atención.
Al año y tres meses la empresa nos hecho a la mitad de los trabajadores con un ERE.

A los pocos dias al ir a la oficina de empleo, me lo encontré en la cola.
Vestia casi igual. Levantó la cabeza y me miró sin verme.
Avancé hacia la mesa mientras daba vueltas a la esfera de mi reloj. Me había tocado el turno

Fuera llovía.

Tuesday, January 18, 2011

VOLVER


Volver despues de la tormenta, después de haber mudado de piel.
Volver muy bien acompañado,( no podria estar mejor)

Volver a sitios comunes y añorados. Volver con una gripe que no se quire marchar.

Volver con el año nuevo y con un cm de más por que yo lo valgo.


Aún con todo esto volver es estar de vuelta.

Por lo tanto vuelvo.
Estais avisados.

Tuesday, January 19, 2010

HOMO SIFILUS

Unos hombres trabajan afanosamente
en el yacimiento de Atapuerca
Anoche, de madrugada
encontraron los restos del primer hombre sifilítico,
el que inauguró el homicidio.

¿Acaso pueden los pinceles restar importancia a tan impúdica situación?
Uno de los hombres lleva un malboro en la boca
cae la ceniza, moderna y actual sobre el femur museistico.
Sobre la tibia correosa.

Si el esqueleto pudiese levantarse
les daría varias sonoras bofetadas
una por cada milenio de olvido y ostracismo
la última por la falta de reconocimiento de estos
las manchas ya se fueron...

En la piqueta está escrito el nombre Homo Erectus
¿ Acaso no sería justo que pusiese Homo Sifilus?
Solo por ser el primero

En la parte lateral derecha del cráneo tiene un orificio de bala
Sujeta a una mano, todavía ( aunque les parezca mentira e inverosimil)
todavía humeante
el pincel sensacionalista, descubre un revolver del 37.
Silencio.
Darwin, lo anota todo.
No pierde detalle.

Suena el teléfono,
llaman de recepción, te avisan que la señorita que pediste a la gencia
Sube a la habitación.

Wednesday, December 23, 2009

No me quieras tanto muñeca



No me quieras tanto, muñeca.

New York 1944

Sam comenzaba a estar harto de aquella cena, no estaban todos los que debían haber venido. Sin embargo los que sí que habían acudido a su llamada parecían extraños, había algo en ellos que no dejaba de provocarle cierta desconfianza.
Aplastó la colilla del puro que se había estado fumando y se pasó la palma de la mano por la frente sudada.
Había bebido mucho, demasiado, a su lado Betty tonteaba con Toryno el hijo pequeño de Carlo.
Estaba claro que su papel de dueño y señor del negocio de la zona norte de Manhatan estaba en entredicho, la policía miraba cada uno de los pasos de sus hombres y en las últimas semanas les habían parado varias operaciones en la aduana del puerto.
Casi como si un rayo le atravesase la nuca, dio un fuerte golpe con el puño cerrado encima de la mesa, dos copas cayeron al suelo y todo el mundo guardó silencio.
Con brusquedad echó la silla hacía atrás y se levantó agarrando del brazo a la rubia tonta que aquella noche le acompañaba.
Necesitaba salir a la calle y respirar, alguien pareció querer levantarse de la mesa, él, con un gesto autoritario lo dejó bien claro. Al momento les trajeron los abrigos y salieron.
Betty había bebido demasiado y se reía de una forma nerviosa sin saber muy bien por qué.
En la calle cogieron el coche, Sam le dio la noche libre al chofer, quería conducir el mismo.
La noche era fría para ser comienzos de noviembre y una densa niebla había comenzado a instalarse en la ciudad.
Arrancó el coche y encendió la radio, sonaba una canción de Buddie Holliday, mientras cogía el desvío de la calle treinta y ocho para bajar al bulevar que daba al río Hudson, miró un momento a Betty que mirándose en un espejito dorado re retocaba los labios.
Su vida era un desastre, su mujer se imaginaba algo, apenas veía a sus hijos, y sus conquistas cada día eran más desastrosas, sin ir más lejos Susan su última amante, era la chica más estúpida que había conocido nunca y además bizca. La muy tonta pensó que se podría llegar a casar con el.
Esa misma tarde había comprado un anillo de oro con un gran diamante para su mujer, en la cara interior había grabada una frase, al día siguiente se lo daría y todo volvería a ser como antes. Aunque esa noche quería pasárselo bien con aquella chica y acabar la noche por todo lo alto.
La mano de Betty lo sacó de sus pensamientos, se había acurrucado a su lado y le abrazaba fuertemente por el brazo, de repente la mano de Betty notó algo en el bolsillo del abrigo de Sam.
Este la apartó y le dijo que dejase aquello que no era nada que tuviese que ver con ella, Betty lo miró y lanzó un pequeño gruñido volviendo a su sitio.
Definitivamente la niebla se había echado en la bahía, las luces se veían desenfocadas y borrosas y un ambiente frío y húmedo se había instalado a aquellas horas.
Aparcaron en la puerta del hotel Santa Mónica, a este, hacía solo unos meses que venía, al Hudson dejó de ir después de destrozar una habitación que tuvo que pagar.
Cruzaron la oscura recepción sin apenas mirar al viejo recepcionista que por la hora que era, a punto debería de estar de terminar el turno de tarde.
Llamarse Sam Cock tenía esos privilegios en aquella ciudad, no pedir permiso, largarse sin pagar, coger lo que a uno le apeteciese, decidir quien seguía y quien no….
Mientras subían en el ascensor bebió un trago de la botella de Bourbón a mitad que había cogido del coche, al verlo Betty sonrió y abrió los labios pintados con rojo carmín.
Sam acercó la botella y le echó un chorrito del licor, unas gotas resbalaron por la comisura de su boca. El ascensor había parado, los dos salieron cogidos y riéndose.

Al llegar a la habitación se quitaron los abrigos, subieron la calefacción y Betty se puso una copa. Sam entró al baño necesitaba darse una ducha estaba aturdido y demasiado borracho.
Betty había encendido la radio, la orquesta Radio City hall tocaba una balada romántica, se encendió un cigarrillo, miró a su alrededor y vio los dos abrigos colgados, se acercó y metió la mano en el bolsillo derecho del abrigo negro de franela de Sam.
Sacó aquel extraño bulto envuelto en un papel de color rojo.
Un estuche, era un estuche pequeño, sabía que no debía abrirlo, aunque quizá fuese un regalo para ella, al abrir la cajita vio un precioso anillo de oro con un gran brillante en el centro.
El corazón le latía a cien por hora, se sentía mareada, se lo puso y miró su delgada mano, se lo volvió a quitar y al mirarlo mejor se dio cuenta de que dentro había algo escrito.
Se lo acercó a los ojos, A mi amada esposa Brenda
Un calor y una especie de asfixia se había instalado en su interior, ella no era nada, y el un mentiroso, solo la estaba utilizando, aunque él le hubiese prometido varias veces que pensaba dejar a su mujer.
Se abrió la puerta del baño y apareció Sam con sus 92 Kg de peso y su metro noventa de estatura solo con los calzoncillos puestos.
Betty comenzó a gritar y a vocear cada vez más fuerte, Sam al ver el anillo en su mano se lo cogió y le dio un sonoro bofetón. Betty lo miró, cogió su abrigo, abrió la puerta y salió de la habitación.
Sam se bebió de un trago la copa que había dejado Betty y comenzó a reírse con unas sonoras carcajadas. Aquella chica era tonta y no merecía la pena, pero no quería pasar aquella noche solo, necesitaba que volviera.
Sin pensarlo, ni ponerse nada encima salió de la habitación, dejando la puerta abierta y bajó corriendo las escaleras, tres pisos, la moqueta azul bajo sus pies parecía deslizarse.
Casi sin respiración llegó a la recepción, estaba muy oscura a aquellas horas, apenas una lamparilla encendida detrás del mueble mostrador.

Betty en la calle lloraba y fumaba un cigarrillo, mientras se subía el cuello del abrigo esperando que parase a aquellas horas algún taxi.
A pesar de la ducha Sam se sentía mareado y confuso, Betty no estaba y apenas se veía nada.
Susan, que hacía apenas dos semanas que había comenzado a trabajar en aquel hotelucho, en el turno de noche, se había dormido por unos momentos.
Un ruido la despertó, se había fundido una lámpara en la sala y a aquellas horas que apagaban las luces de la calle, apenas se veía nada.
De pronto distinguió una figura, una figura grande y corpulenta que tambaleante avanzaba hacia ella, había algo en aquella escena que Susan reconocía como familiar, aquel porte, aquel andar indeciso, está muy nerviosa y muerta de miedo, quería gritar y pedir ayuda, pero estaba paralizada.
De repente, presa del pánico se levantó y cogió el revolver del teintayocho que tenía en el primer cajón, la figura se acerca hacia ella.
Sonaron tres disparos en la noche, Un primero sonoro y hueco, como un cañonazo y los otros dos casi seguidos, como una campaña y su propio eco.
Unos segundos antes Betty cerraba la puerta de un taxi que había parado, justo antes de arrancar, al mirar el edificio desdibujado por la niebla, pensó que nunca volveria a ver a aquel hombre al que tanto ha querido.
En la radio del taxi sonaba la melodía de una canción de moda que decía, no me quieras tanto muñeca, que soy un chico malo y quizá no fuese tan buena idea que de mi te fueses a enamorar
.
Susan llorando y horrorizada, dejó caer el revolver al suelo y acercándose al borde del mostrador acercó la lámpara y bajo su luz vio la imagen de Sam Cock en el suelo con el pecho ensangrentado. Junto a el, aunque Susan no lo viese a través de sus gruesas lentes había un anillo de oro y diamantes.
Un anillo muy parecido al que tantas veces soñó que el le regalaría.

Susan rompió a llorar mientras a lo lejos comienzó a escucharse el sonido de las sirenas de la policía.


Tuesday, December 08, 2009

ELIPSIS





Con el permiso y la admiración de la atmósfera Austeriana.



Cuando se cerró la puerta y vio salir al hombre del traje NEGRO, en su cara apareció una sonrisa.


Hacía semanas que él, el hombre del traje AZUL no había tenido clientes, nadie había llamado a la puerta de la oficina y ahora después de volver a tener un caso se sentía feliz.


Las instrucciones estaban claras. Era un buen trabajo, él lo había aceptado. NEGRO quería que vigilase a ROJO y lo haría desde un apartamento que el primero había alquilado en el bloque de enfrente del hombre a quien tenía que vigilar.


Salió a la calle y se dirigió al gran parque de la ciudad. Desde allí, buscó una cabina y llamó a Sabrina, su novia.
Le dijo que tenía un trabajo y que se ausentaría unos días, quizá una semana para realizarlo. Antes de colgar le dijo te quiero.
Se sentó en un banco, aquel día de finales de Octubre había amanecido soleado, no había ni una nube. Cerró los ojos y se puso a repasarlo todo.
Me trasladaré a un apartamento en la calle 12 ( al pensar esto se palpó con la mano el bolsillo y notó las llaves que le había dado aquel hombre).
El apartamento esta frente a el otro edificio, mi ventana da justo a la ventana donde se encuentra el hombre que debo vigilar, El hombre del traje rojo, dependiendo de lo que dure el caso cada semana dejaré un sobre cerrado con un informe detallado en el monumento al presidente, en la parte norte del parque central, cada domingo a las 12 del mediodía.
Abrió los ojos, el cielo seguía azul sin una nube, se levantó y paseando se dirigió a su apartamento, metió en una maleta lo que creyó necesario.
El resto del día lo pasó ocupado en otros asuntos.
Esa noche durmió mal. Se levantó sobresaltado e inquieto. Tocándose la entrepierna se dio cuenta de que se había orinado.
Llegó al apartamento a las 10 desde donde debía comenzar el trabajo. Apenas hubo entrado en el, percibió que era un lugar confortable. Todo estaba limpio y pulcro, el salón era muy espacioso, un torrente de luz lo inundaba todo.
Era sin duda mucho mejor que su apartamento.
Dejó la maleta y acercándose a la ventana vio a su hombre. Allí estaba con su traje rojo.
Movió una mesa junto a la ventana y cogiendo una silla se sentó a observarlo.
El hombre estaba de espaldas, tenía un lienzo sobre un caballete y estaba pintando un cuadro. Azul se sintió intrigado, sacó unos prismáticos de la maleta apuntando con ellos al otro apartamento. Rojo era un hombre alto, más o menos como el, llevaba puesto un traje limpio y perfectamente planchado.
Graduó sus prismáticos, quería ver que era aquello que pintaba. Lo que le pareció ver le dejó un tanto perplejo.
Una hoguera, unas llamas que subían al cielo y lo que parecían unas figuras borrosas alrededor.
Rojo permaneció pintando mucho tiempo, de una forma minuciosa, después se sentó en una mesa, frente a la ventana y se se puso a leer un libro.
Azul lo observaba todo con cierta inquietud no entendía su misión en todo aquello.
Cuando anocheció ROJO encendió una lámpara junto a la mesa y siguió con su lectura hasta acostarse.
Al día siguiente cuando AZUL se levantó Rojo ya estaba en el mismo sitio pintando el cuadro de aquella forma meticulosa. Azul necesitaba bajar apenas diez minutos a la calle a comprar algo de comida. Extrañamente pensó que ROJO no se movería.
Así fue, tardó exactamente diez minutos de reloj y allí se encontraba ROJO tal y como lo había dejado.
El resto del día casi fue igual al anterior. AZUL se entretuvo leyendo dos periódicos deportivos que había comprado. Por la noche al acostarse pensó en Sabrina.
En aquella primera semana Rojo bajó tres veces a la calle, una de ellas a comprar pinturas y un lienzo nuevo, las otras dos a comprar comida. AZUL lo siguió siempre sin ser visto.
Llegó el domingo y azul preparó su primer informe. Pensó en ir al parque y dejarlo en el lugar previsto, cuando vio que ROJO se preparaba para salir a la calle.
Bajó y comenzó a seguirlo, se había metido el sobre en el bolsillo de la chaqueta.
ROJO parecía distraído, sin rumbo, despreocupado. Atravesaron varias calles, llegaron a una plaza, torcieron a la derecha, después a la izquierda y luego llegaron al parque.
Rojo siguió caminando hasta el centro y se sentó en un banco, cerca de la estatua del presidente.
AZUL se sentó no muy lejos observándolo en la distancia. A las doce ROJO se levantó y comenzó a caminar.

Al pasar junto a la estatua AZUL dejó el informe en el pie de la misma. Siguiendo el mismo trayecto pero a la inversa llegaron al apartamento, ROJO siguió pintando, leyendo o sentado en la mesa mirando por la ventana.
La rutina de la segunda semana fue casi la misma sin apenas variaciones.
Extrañamente AZUL se había ido despreocupando y cada vez se sentía más cómodo.
Pensaba en llamar a Sabrina, pero cuando se disponía a hacerlo colgaba porque no sabía que decirle.
El domingo Rojo volvió a salir de la misma forma como vagabundeando, sin tener ningún propósito ni querer llegar a ninguna parte, para acabar llegando al parque y sentarse en el mismo banco.
De la misma forma ROJO se levantaba y AZUL dejaba en el lugar ya citado el informe.
Cada lunes aparecía en su buzón un sobre con el dinero, tal y como se había pactado..
Así pasó la tercera, la cuarta y la quinta semana, casi del mismo modo.
Apenas ya se preocupaba en vigilar a ROJO , únicamente lo observaba con cierto abandono.
Poco a poco a la vez que se había acostumbrado a la situación AZUL intuía cosas que comenzaban a inquietarle. Seguía sin saber nada del hombre que lo había contratado y que cada lunes le pagaba puntual. Se pasó días pensando en ello, días que se repetían a otros como un calco que ya había escrito en su informe.
Una noche en la cama se puso a pensar en Sabrina, la imaginó desnuda, tendida en la cama, tenía una erección y se puso a masturbarse pero tuvo que parar.
No pudo seguir por que por mucho que se esforzase ya no conseguía ver la cara de Sabrina. Esa noche lloró por primera vez después de mucho tiempo.
El día después fue domingo, y resultó exactamente igual que los otros y sentado en el parque observando a ROJO decidió que al día siguiente esperaría escondido en el hueco de la escalera a ver quien era el que le dejaba el dinero.
Bajó pronto, apenas amanecía y se acurrucó bajo la escalera, al fondo podía ver el pasillo y la hilera de buzones.
A punto estuvo de dormirse, todo el rebosaba hastío, pero a las nueve se abrió la puerta y una figura entró SE SACÓ UN SOBRE DE LA CHAQUETA Y LO METIO en su buzón. Al hombre solo lo pudo ver de espaldas, pero casi desde el primer momento tuvo la seguridad de que era ROJO.
Una sensación de vacío le hizo cogerse con las manos el estómago.
Subió corriendo a su apartamento y al entrar en el salón vio un caballete y un cuadro, se llevó las manos a la cabeza, le sudaban, se acercó a la pintura y miró de cerca la escena.
Una hoguera en la noche oscura, alrededor figuras apenas perceptibles, a un lado casi saliéndose del cuadro, un hombre parecía mirarle. Era el MISMO.
Miró por la ventana, ROJO seguía en su apartamento, de espaldas, pintando.
Le temblaban las piernas, se giró y vio que había dejado la puerta abierta. Sintió una necesidad casi fisiológica de salir corriendo y comenzó a bajar las escaleras.
Salió a la calle jadeante y levantó la vista hacia la ventana y vio como ROJO lo miraba por primera vez y tuvo miedo, mucho miedo por que a quien vio realmente fue a sil mismo.
Corrió sin parar, sin detenerse ni mirar atrás, llegó al parque extenuado y al acercarse a la estatua del presidente vio los sobres con los informes, quizá una veintena, quizá más, uno encima del otro. Nadie los había cogido.
El día era soleado como los habían sido todos, parecía que no hubiese pasado el tiempo, que este no hubiese tenido consecuencias.
Andando se dirigió al fondo del parque, al lago de los patos. Se quitó los zapatos, la chaqueta y la camisa, los pantalones, los calzoncillos y los calcetines. Despacio como si entrase en el mar más limpio y más azul se sumergió en las aguas negras y en el lodo hasta desaparecer.

Luis Roser

Saturday, November 21, 2009

CHANTAJE


I CICLO DE RELATO NEGRO, POLICIACO, DELIRANTE Y DE MISTERIO



CHANTAJE

Ella le ayudó a sentarse en el banco, la brisa del mar le había revuelto el pelo. Le miró a los ojos un instante, pero solo vio sus gafas negras, opacas, como el rastro de un incendio. Un hombre que ya no puede ver, es un hombre doblemente valiente.
El le pidió que le describiese como estaba el mar, quería saber si estaba tal y como lo recordaba.
Se cogieron la mano y se besaron. Ela comenzó a hablarle, casi en un susurro y sus cuerpos se difuminaron entre el gentío y la espuma.



Después de la última frase, el escritor estiró las piernas y lanzó un suspiro. Tres años había tardado en escribirla. En acabar aquel final para la que era su primera novela. El escritor miró por la ventana y vio el mar, del mismo modo que lo solía hacer cada mañana. Aquel día estaba más bello, el horizonte parecía que lo hubiesen marcado con un lápiz de carbón.
Pasaron dos meses en los que envió la novela a diferentes editoriales, incluso algunas del extranjero. Mientras tanto, el escritor siguió trabajando de negro, escribiendo y corrigiendo las historias de otros. Le salió alguna crítica de poesía, alguna obra de teatro y alguna que otra cosa menor.
El escritor siempre había publicado bajo un pseudónimo, HANS VON CAPRA, lo eligió hace años, cuando después del maldito accidente su vida dio un giro de ciento ochenta grados y decidió huir de todo y de todos.
Así pues desde hacía más de seis años apenas nadie sabía su nombre ni su verdadera dirección. No podía ser de otra forma, lo decidió hacía tiempo y no encontraba ningún motivo de peso para cambiarlo. Vivía de sus artículos en los periódicos, sus trabajos como negro para dos editoriales y alguna que otra colaboración en publicaciones literarias de cierta importancia. Siempre lo había firmado todo con ese nombre, bajo esa identidad.
Casi nadie sabía su verdadero nombre, su contacto era su agente literario, este, le hacía los pedidos y sugerencias, se comunicaban a través del correo electrónico y el teléfono, el cual no aparecía en ningún tipo de guía o listado telefónico.
Una mañana sonó el Telef., una señorita le informaba de que el director de la editorial deseaba hablar con el. Le pasaron la llamada.
Al otro lado un tipo que le pareció en ciertos momentos un poco estirado le comunicó que estaban interesados en publicarla, aunque tal vez ciertos retoques…quizá alguna omisión, acaso ciertos cambios…
El escritor se adelantó a que pudiera acabar la frase, solo aceptaría la oferta de la editorial bajo dos premisas, su interlocutor, al otro lado de la línea guardó un silencio denso, por un momento el escritor pensó en que estaba estirando demasiado la cuerda, aunque bien pensado, ante una oportunidad así, debía de jugar bien sus cartas.
Su novela se publicaría íntegra, sin ningún tipo de recorte ni cambio. La segunda condición sería la de que no se revelaría la identidad de el autor, la podría conocer, el director de la editorial, tal y como lo estaba haciendo, pero nadie más, ni tan siquiera se publicaría una fotografía suya junto a la reseña en la parte trasera.
El director de la editorial le escuchó en silencio, después de años en la profesión tenía por costumbre no adelantarse nunca a los acontecimientos. Le dijo que lo pensaría y que antes de tres días obtendría una respuesta.
Al tercer día, casi a la misma hora volvió a sonar el Telf., la misma señorita le pasó con aquel hombre. Esta vez el tono era diferente, se notaba claramente que quería ser más cordial, más cercano. Aceptaba el trato y sus condiciones. Cuando colgó el escritor miró por la ventana y a lo lejos vio un puntito blanco sobre el azul del mar.
PASTORAL AMERICANA que era el título de la novela, se publicó tres meses después. El escritor recibió un buen anticipo por lo que evitó los problemas económicos que comenzaban a acecharle. Después de comprar la casa, el dinero por la indemnización del seguro poco a poco, se había ido terminando. Al principio, la novela no tuvo demasiada repercusión, pero a los tres meses le comunicaron que dado que la primera se había vendido de forma íntegra, iban a lanzar una segunda, cuadruplicando el número de le primera.
Pronto comenzaron a interesarse por el autor, periodicos, revistas, magazines. Llegó una tercera edición y más tarde una cuarta, así hasta seis. No es que la obra se convirtiera en un best seller, si no que desde hacía años no había una obra de un autor novel que hubiese sorprendido tanto al mundo literario y al mismo tiempo que hubiese levantado un aplauso tan unánime entre sus seguidores y sus detractores.


Pronto, HANS VON CAPRA, se convirtió en un fenómeno, se le nombraba en tertulias y en las universidades, en programas de radio, pronto se indagó por su verdadera identidad, le atribuyeron otras falsas, incluso se especuló que hubiese muerto con su amante en un accidente.
Dos veces llamó el director de la editorial para pedirle casi de rodillas que concediera por lo menos una entrevista. El se negó.
Su obra comenzó a publicarse en más idiomas y los cheques y los pagos por comisiones y derechos no paraban de llegar a su cuenta.
Poco a poco el escritor se había acomodado a su nueva vida exenta de preocupaciones. Hacía semanas que había comenzado con el borrador de su segunda novela.
Una mañana al llegar a casa, después de dar un paseo por la playa solitaria encontró una carta en su buzón.
No recordaba la fecha de la última carta que hubiese recibido. Hacía calor, pero le sudaban las manos.

Estimado escritor:
Mi nombre es HANS VON CAPRA, nacido el 19 de diciembre de 1962.
Desde hace un tiempo, llevo viendo como mi nombre está en boca de todos. En los escaparates de la librerías, en las televisiones. Como usted, también yo soy escritor, pero yo desgraciadamente todavía no he tenido tanta suerte.
No me pregunte como he encontrado su dirección. Eso ahora poco importa, también tengo su número de teléfono y lo llamaré próximamente. Usted se ha apropiado de mi nombre, lo único realmente propio que tengo y con ello se ha hecho rico y ha conseguido reconocimiento y notoriedad, ¿ o soy yo realmente el que lo ha conseguido?...
Algo me debe usted en todo esto, píenselo, algo, que todavía es pronto para que lo pueda percibir, pero algo me debe y pronto lo entenderá.
Le propongo actuar en su lugar, o mejor REPRESENTARLE, como si de un teatro se tratase. Conceder entrevistas, asistir a cenas, seminarios, presentaciones…
No tema, le conozco como si fuésemos la misma persona.
A cambio no le pediré ni un solo centavo de las novelas que vaya publicando. Con que me informe puntualmente de sus proyectos y el desarrollo de los mismos será suficiente.


De esta forma usted estará representado y yo recuperaré mi verdadera identidad.


Si no acepta, lo denunciaré ante las autoridades y divulgaré su verdadero nombre, además diré yo quien escribió PASTORAL AMERICANA, tengo el primer borrador que llevó a la editorial y me lo sé todo como si yo mismo lo hubiese escrito.
Píenselo, le llamaré en una semana.

Firmado H V C.


El escritor tuvo que agarrarse a la mesa, una fuerte arcada le había hecho llevarse la mano al estómago.
La leyó más veces intentando encontrar alguna grieta, alguna fisura que mostrase un punto débil. Pero no lo había, nada delataba a el autor. La carta era hermética y cerrada. Apenas dejaba escapatoria.
Pensó en llamar a la policía del condado, avisar a la editorial, cambiar de casa, adquirir otra identidad….
Este último punto terminó por desconcertarlo del todo. No podía cambiar de identidad por que ya tenía dos, no necesitaba una tercera, o podría correr el riesgo de volverse loco.
Decidió dejar que pasasen los días. Una de esas dos noches soñó con su mujer y sus dos hijos pequeños y en su sueño los veía alejarse por el vestíbulo de la estación central, y los veía vestidos como aquella mañana, horas antes del accidente.
El resto de la semana consiguió calmarse y ordenar sus pensamientos de una forma objetiva. Detestaba ser un personaje público y que personas desconocidas lo reconociesen por la calle. Pero al mismo tiempo una cierta atracción por aquella idea y petición descabellada no dejaba de rondarle por la cabeza.
La idea era buena, demasiado buena, parecía el guión de una buena película de cine negro.
Aún así intentó poner distancia entre él mismo y todo aquello, pero una especie de interna metamorfosis se había ido adueñando de él. La idea ya no le parecía tan descabellada.
El lunes a mitad de tarde sonó el teléfono, el día estaba oscuro, se había acabado el disco de Bach y el hombre estaba sentado al fondo en un sillón frente a la bahía. Estaba esperando la llamada. La casa estaba en silencio.
Quedaron en verse tres días más tarde, puesto que H V C, conocía la dirección de la casa quedaron en verse allí.
Llegó justo a la hora indicada, el escritor se había pasado el día nervioso recorriendo a grandes zancadas el salón acristalado. Al abrir la puerta, lo que vio era todo menos cualquier cosa que hubiera imaginado.
Ante él había un hombre que parecía tener más o menos su misma edad, su misma altura y su mismo peso.
Lo que sobrecogió al escritor y le hizo sentir una convulsión por todo el cuerpo es que tenía su misma cara. Se miraron en silencio, apenas un minuto, pero al escritor le pareció una eternidad.
Con la mano le indicó que pasaran al salón, lo más curioso es que el otro, el que decía llamarse H V C, no parecía sorprendido.
Más que dos hombres, parecían dos animales en celo, se miraron, casi se midieron…Por último se sentaron.
El invitado mostró documentos que traía en una carpeta azul, su partida de nacimiento, la matrícula de su carrera en la universidad, su permiso de conducir, su seguro dental, su pasaporte…
Hans Von Capra, 42 años, hijo de emigrante alemán y una enfermera americana de New Cork. Hasta aquí todo podía ser meramente casual, paralelamente fortuito a su vida, un extraño accidente temporal.
Pero el hombre que tenía enfrente era exactamente igual a el, su cabello, sus orejas, sus manos…y lo más inquietante de todo es que él, el hombre que le había escrito la carta, llamado por teléfono y llegado a su casa aquella misma tarde parecía no darse cuenta de nada.
El visitante hablaba sin parar relatando capítulos de su juventud, de su vida en la ciudad, de su barrio residencial y de su frustrada profesión de escritor, de su matrimonio.
Hasta le enseño una foto con su mujer, una atractiva galerista de arte y sus dos hijos.
Aquello no podía ser cierto,, lo que estaba pasando, no podía estar ocurriendo dentro de una realidad palpable y normalizada.
Pero allí estaba aquel hombre que parecía cómodo mientras le sonreía y hablaba sin parar.
Miedo y angustia era lo que el escritor comenzaba a experimentar, lo que en un principio le había parecido una idea descabellada pero no exenta de cierto atractivo y excitante se estaba convirtiendo en una inquietante pesadilla.
El escritor se quedó quieto, de pie en un rincón de la habitación., y mirando al hombre se dio cuenta de que movía las manos de la misma forma que el lo hacía, estaba sentado con las piernas abiertas, el pie derecho levemente ladeado….
Un último de talle le hizo estremecerse y cogerse al marco de la ventana, en la parte derecha del cuello, justo un poco más debajo de donde acaba el lóbulo de la oreja, el hombre llevaba una tirita.
Se llevó la mano al cuello, una tirita de la misma forma y en el mismo sitio que la que se había puesto aquella misma mañana después de hacerse un pequeño corte al afeitarse.
El escritor salió del rincón y se aproximó al centro del salón, cerca de donde estaba el hombre. No podía dejar de mirarlo.
NADA, ninguna cosa en el mundo, podía ser más descabellado que lo que allí estaba pasando, por lo que el escritor le dijo casi a bocajarro: Desnudo, quiero verlo desnudo, es más quiero que nos desnudemos los dos.
El visitante lo miró con cierta sorpresa, pero algo había cambiado, una sonrisa extraña y oscura parecía dibujada en su boca.
Despacio con desconfianza en lo que hacían se fueron quitando la camisa, la corbata, los pantalones y los calcetines y por último la ropa interior.
El escritor miró al hombre que tenía al fondo de la sala y un bofetón de estupor le sacudió de arriba abajo, El abdomen, los hombros, el cuello, el tatuaje borroso en la cara interior del brazo. Las piernas delgadas y las rodillas angulosas. El pene flácido. Todo era exactamente igual.
Horrorosamente lo mismo.
Era como verse reflejado en el espejo de las infamias.
Todo menos la sonrisa burlona, que cada vez se hacía más grotesca. El escritor había permanecido a una distancia prudente, junto a un mueble lleno de jarrones chinos, cogió uno de los que más pesaban y en una carrera que apenas duró un segundo, llegó hasta el que parecía ser su imagen y le dio un certero golpe en la cabeza que el otro no pudo esquivar.
El hombre cayó de espaldas al suelo, tenía un fuerte golpe en la cabeza. No se movía. El escritor le cogió una muñeca y le tomó el puso. Estaba muerto.
El escritor permaneció unos minutos en el suelo, jadeante confundido, tirado junto a el cuerpo desnudo del hombre muerto. Un cuerpo muerto del que ya no podía decir con seguridad que fuese el suyo. No podía pensar, la cabeza le daba vueltas.
Fue al baño y se lavó la cara, los brazos ensangrentados, se vio reflejado en el espejo y sintió pánico. Había matado a un hombre.
Volvió al salón y miró la escena, el hombre yacía en el suelo, inerte, como un animal abatido.
Miró la ropa del hombre muerto, esparcida por el suelo, mostrando el desorden propio de las desgracias, sin pensar en lo que hacía se la puso, despacio, con cierto automaticismo en sus actos, cogió la carpeta de los documentos, la foto que se había caído al suelo, de su mujer sonriéndole y sus dos hijos.
Notó algo en el bolsillo de la chaqueta, las llaves del coche, las miró, era un buen coche, desde luego, pensó, el mismo coche que muchas veces había deseado tener, se giró, ya dirigiéndose hacía la puerta y por un momento se vio en el espejo.


Se miró con cierto descaro y insolencia, el poder no era tan amargo como le habían dicho.


Se sentía tranquilo y sonrió de la misma forma que alguien lo había hecho momentos antes.

Luis Roser.










Monday, November 16, 2009


Sunday, November 08, 2009

METAPHORA



METÁPHORA

texto grabado en formato video instalación para la casa de Zitas.


Los límites nunca están delimitados con claridad, taxativamente.
Ni los tuyos,…ni los míos
Ni siquiera los contornos…
De lo que a veces dejas puesto afuera
Impúdicamente, sin tapar y sin recato.


Por eso, yo nunca digo, “yo no estoy triste”
En vez de eso, grito
Ese árbol llora la tristeza de mis amores perdidos.

De este modo, lo que es mío, os lo muestro a todos

Tampoco es mi miedo el que me asusta
Es, la oscuridad de la noche peligrosa que me acecha desde la calle…

Ni tan siquiera es el oleaje del mar el que produce el estruendo
No, no puede ser eso…
Solo es quien llora, como yo
Por el abandono del que se ha ido…

Thursday, October 29, 2009

Algunos apuntes sobre LA MONTAÑA MÁGICA


Hans Carstop y el secreto de la posición horizontal.


Hans Casrtop el protagonista de la montaña mágica, bien podría ser cualquiera de todos nosotros,.... sí, quizá tú también.

La montaña mágica es un libro importante para todo aquel que aspire a entender el verdadero sentido de la vida, del paso del tiempo, del propio sentido de la vida, en su concepto abstracto.

Sus inferencias...sobre lo mucho que quizá nunca vemos...y no por que estemos ciegos, sino por que no podemos, por elgrupo al que pertenecemos...el contexto.



Novela famosa, entre los aficionados a la buena literatura, odiada o venerada, casi no hay termino medio. Se podría decir que la lectura de la montaña mágica es un hecho diferente en si mismo a muchas otras cosas que podamos hacer en la vida. Se podría decir que esta novela en sí, es todo un proceso, tanto para el protagonista como para el lector, y digo proceso por que somos nosotros los que habitamos la eterna e inquebrantable atmósfera del sanatorio Bergoff y en nuestra lectura acompañamos al protagonista en sus cambios físicos, en sus nuevas impresiones, en su recorrido vital por adueñarse de su propia vida y en su dificultad para tener que cambiar su aburguesada vida por lo otro.

Otro dato importante y maravillosamente relatado es la visión humanizada que da al lector el escritor tanto de la vida como de la muerte.

La vida y la muerte son una cosa sola en el sanatorio Bergoff, un ente fusionado y con una percepción totalmente ajena a todo el que no habite el sanatorio.

Y el tiempo pasa, pero al mismo tiempo no pasa, y engaña al lector y al protagonista y te das cuenta de que en el proceso de Hans Carstop y en el de la propia lectura de su existencia, también tú te has fundido en ese sentido del tiempo que solo comprenden los que habitan allá arriba en las montañas.

Creo importante decir que la montaña mágica no es una novela fácil de leer, escrita en tercera persona está llena de tiempos muertos en la que la acción del universo Bergoff se cambia radicalmente por conversaciones existencialistas y filosóficas de más de cincuenta páginas algunas de ellas, conversaciones entre un humanista italiano y un oscuro y casi medieval jesuita que lo tomarán como discípulo.

A mi me llevó cuatro meses leerla, nunca tuve momentos de duda, pero sí es cierto que la novela en bastantes momentos requiere un esfuerzo intelectual, de concentración y comprensión importantes.En definitiva una novela que te abre caminos totalmente diferentes a la hora de entender algunas cosas y el propio sentido de las mismas, una de las grandes novelas sobre el aprendizaje.

Antes de acabar resaltaré el final, un final que se desarrolla en un contexto diferente a todos los niveles, un final casi operístico, frenético y absorbente.


No debo decir más.


Aqui teneis el enlace al artículo que en su día publiqué en este mismo blog


Monday, October 19, 2009

TOKIO BLUES




TOKIO BLUES




Haruki Murakami.




Esta es la segunda novela que comento de este autor, próximamente lo haré con la deliciosa Kafka en la orilla.

Tokio Blues, nos habla del precio que hay que pagar a veces en la juventud, de las decisiones acertadas o las equivocadas, del peso de las relaciones.
De la búsqueda de la felicidad y de la paz interior, por que no decirlo. Aunque el autor sitúe a sus personajes en un laberinto de dudas, sentimientos, indecisiones…
Esta es una novela bonita y bella, y tranquila, sobre todo tranquila.

Estamos ante una historia en la que casi “parece” que no ocurre nada, esta es una de las genialidades de Murakami, ya que la novela transcurre relatándonos los avatares personales y la trayectoria vital de Toru Watanabe. Pero solo eso, no hay una línea de acción bien definida en el libro, en cambio nos encontramos unos diálogos, ingeniosos, a veces geniales, unas conversaciones entre los protagonistas que nos hablan desde lo más profundo de la condición humana.
Como digo unas interacciones entre los personajes, ágiles y bien construidos, construidos sobre todo tipo de cosas y aspectos desde el más intelectual al más vulgar, desde lo más trascendente a lo más prosaico…
Como casi siempre Murakami nos sitúa en Tokio, aunque esta vez hay un escenario en donde transcurrirá parte de la historia, un peculiar y poco ortodoxo sanatorio mental.

Todo comienza en un sitio en principio poco evocador, un aeropuerto europeo en donde Watanabe pasados los años se encuentra por motivos de trabajo, cuando comienza a sonar la melodía de “Norwegian Word”, la famosa canción de los Beatles y comienza a recordar sus años de juventud, en un Tokio efervescente, una ciudad envolvente por su propio magnetismo y su invasora indiferencia….
En la novela básicamente se nos relatan las experiencias del protagonista y otros personajes que le rodean, en torno a las difíciles y a veces dramáticas experiencias de juventud, como los primeros afectos, las decisiones trascendentes, los descubrimientos de aquellos primeros años universitarios.
Pese a lo que estoy contando la novela de Murakami tiene una solidez y una extraña madurez que te atrapa desde la primera página, alejándolo de las cursis y a veces insulsas novelas “para jóvenes”, por eso si algo aporta esta novela al lector es equilibrio,
Un equilibrio perfectamente medido, junto con un tono de evocadora melancolía de lo pasado, de lo que ya no volverá, pero de lo que hemos aprendido tantas cosas aunque a veces haya sido a base de perderlas….

Aquí los jóvenes son rebeldes y hacen su particular revolución, pero sin hacer ruido y hasta se podría decir que con cierta seriedad y argumentación. La verdadera revolución de Watanabe y el resto de los personajes de T B, es la revolución sentimental, las decisiones ante la indecisión, ante la abrumadora soledad de los escenarios inmensamente urbanos donde se desarrollan la mayoría de las cosas que ocurren.
Por eso tienen tanta importancia los diálogos, donde mejor se muestra el verdadero peso de los personajes que son los que verdaderamente van tejiendo la historia.

En este comentario sobre esta novela, me he propuesto apenas hablar de la historia en sí, ¿por qué?, pues por que esta historia no muere cuando la lee el lector, ni se olvida…si yo ahora la contara, casi moriría la historia….por eso prefiero que la descubran ustedes mismos. Además son tantas y tan variadas las sensaciones y emociones que esta novela ha causado en mí que prefiero centrarme en ello.
Aunque si me gustaría hablar un poco del protagonista principal Watanabe.
El es el verdadero pilar de la novela, junto con otros que van surgiendo poco a poco a su alrededor. Watanabe es la calma y el análisis, el observador, el ecuánime y justo amigo que escucha que guarda silencio y se acabará de fumar el pitillo mirando al cielo antes de dar su opinión.
Y no es que el carácter y la personalidad de Watanabe sean perfectas o sólidas como el hormigón, mas bien se trata de que este personaje que va pasando por la vida como un observador de las circunstancias propias y ajenas, actúa como un imán, al que acaban acercándose una suerte de personajes dispares y que representan roles perfectamente establecidos en el Japón actual.
La seguridad y la inseguridad en uno mismo, la frialdad antes los demás o los afectos, las ganas de vivir, o las ganas de quitarse la vida….
Todo esto relatado en los ya habituales escenarios Murakamianos, si es que esta palabra que me acabo de inventar existe, las casas de comida japonesas, los barrios periféricos…
Quizás también ayude a la forma en que se cuenta esta historia, el flash back, la música un componente muy presente en ella desde el principio y que contrasta muy bien con el halo emocional y los matices que van desde lo trágico a lo celebrado de todo lo que va recordando Watanabe y que no dejan de aportar frescura y post modernidad a la historia desde el Jazz hasta el rock.
No debo de olvidar un constante ante la cual se tiene que enfrentar el lector y los personajes, la idea del suicidio que merodea a varios de ellos y que acaban llevando a cabo algunos y el desequilibrio emocional.
Aunque este último aspecto es muy ininteresante por que aporta una serie de ópticas muy interesantes acerca de la propia opinión de los personajes sobre ello y en definitiva de su propio paso por la vida.

Tiene algo Tokio Blues de permanente enganche con el lector, no es la mejor ni la más sublime novela que leeremos, pero es un ejercicio literario atemporal y preciosista, personajes que vagan por la ciudad absorbidos por su ritmo, ensimismados en su caos, aportando modernidad y frescura al propio texto, personajes diluidos en una espiral de falsa indiferencia, casi sin presencia familiar, con pocos afectos, casi dejados en la escena por capricho del autor….construyendo una especie de homenaje a la abstracción de los sentimientos y de las relaciones…
Una abstracción, por otra parte no tan abstracta. Para nada, la obra de Murakami rezuma amor y vida por los cuatro costados, otra cosa es nuestra apreciación de la narración como ciudadanos europeos, aunque este sea en mi opinión uno de los mejores aciertos de Murakami en cada novela, que en definitiva, no se nos haga tan extraño las diferencias transculturales….

Estoy enganchado a este autor….lo reconozco.
Una novela maravillosa sobre la vida y la muerte, sobre el amor y la desdicha. En donde nos demuestran que es posible hablar de estos y estos temas sin dramatismos ni fanatismos y mucho menos Dogmatismos…..

Un canto a la libetad


Friday, October 09, 2009

UN MUNDO FELIZ


Un mundo féliz.
Aldous Huxley.

Esta es la novela más famosa del escritor inglés A. Huxley, publicada por primera vez en 1932, el título hace un claro guiño a LA TEMPESTAD de Shakespeare.

Esta es una de esas complejas novelas que crean bastantes dudas de planteamiento al intentar hablar sobre ella. Compleja por que es una novela claramente anticipatoria y visionaria, Yo diría que en este sentido estaría muy en el nivel de 1984 de Orwell.
La novela anticipa el desarrollo en tecnología reproductiva, cultivos humanos e hipnopedia que, combinadas, cambian radicalmente la sociedad. El mundo aquí descrito podría ser una utopía, aunque irónica y ambigua: la humanidad es desenfadada, saludable y avanzada tecnológicamente.
Todo rastro de vida social, de afecto, de pensamiento individual, así como de auto conocimiento han sido eliminados, más que eliminados yo diría que han sido anulados de la propia vida, ya que la vida que llevan los humanos está previamente acondicionada según los dictámenes y estrategias que diseñan desde el gobierno.

La guerra y la pobreza han sido erradicadas, y todos son permanentemente felices. Sin embargo, la ironía es que todas estas cosas se han alcanzado tras eliminar muchas otras: la familia, la diversidad cultural, el arte, la ciencia, la literatura, la religión y la filosofía.
Además de todo esto el estado suministra a los individuos una aparente SOLUCIÓN, el Soma, el soma es una droga legal e incluso obligatoria por el estado que todos toman a la mínima de cambio, para sentirse felices, para no pensar, para olvidar, en definitiva para hacer lo que hace el resto.

¿Por qué, quien podría salirse del patrón en un mundo como este?, Un mundo donde se diseña a los seres para que luego pertenezcan a diferentes castas, los alfas, los gammas los betas y los epsilones…, ( la casta inferior y que sirve de mano de obra masiva), unos seres que son acondicionados mediante mensajes constantes desde que nacen.
Nacimiento que ha sido controlado y manipulado desde el propio embrión por lo que los únicos que gozan de privilegios y realmente son diferentes unos de otros son los alfas, ya que el resto son seres clónicos, preparados genéticamente para soportar el calor, el frío, el trabajo duro, las condiciones más adversas….
Controlados estrictamente, los niños practican juegos sexuales entre ellos desde su más tierna infancia (un concepto del propio Sigmund Froid: la sexualización infantil) con el total consentimiento de los adultos, sin que éstos intervengan en dichos juegos, a excepción de reprender al que no quiera participar en ellos. Ese proceso elimina los conceptos de enamoramiento y seducción en su adolescencia y los de los noviazgos y compromisos sentimentales en su madurez, extirpando radicalmente la idea de crear una familia estable. Esto crea en ellos un comportamiento mecánico, impasible e indolente que perdura a lo largo de toda su vida, satisfaciendo sus necesidades sexuales sin negativa ni resistencia alguna por ambas partes, pero también sin afecto ni amor en sus relaciones, prevaleciendo un básico e instintivo deseo sexual pasajero que consuman con una enorme apatía.

Y claro cuando algo es tan perfecto, tan estéril a base de perfumarlo todo con perfumes sintéticos, tan deshumanizadamente erróneo como que la música, el cine, cuando cualquier publicación este programada y diseñada para la población y su correspondiente acondicionamiento…cuando el propio ejercicio de pensar y cuestionarse algo es un atentado contra el sistema y sus semejantes….
Entonces es cuando debe aparecer un héroe o mejor dicho, un antihéroe como en este caso es Bernard Max el protagonista de la novela que junto con Lenina (una mujer entregada socialmente al resto de los hombres, como es normal para todas las mujeres en el contexto social y literario en el que se centra la novela), viajaran a una de las reservas que quedan en el mundo para ver de cerca de los “salvajes “.
Este viaje será el desencadenante de todo, ya que en el conocerán a Yon un indio hijo de una nativa del nuevo y programado mundo que al quedarse embarazada la recluyeron en la reserva.
Yon es un ser relegado y marginado entre las gentes con las que ha vivido en la reserva, por la procedencia de su madre y por sus rasgos y su color de piel, también Bernard es una persona de alguna manera apartada y marginada, tanto por su altura (inferior al resto de los alfas), así como su postura ante muchas costumbres de la nueva sociedad como el SOMA o los acondicionamientos.
Es Bernard el que contrapone todo el tejido nuevo y estrictamente pulcro y artificial de la sociedad en la que el vive y que en el fondo detesta y cuestiona a su propio interés y su propia seguridad. Por eso comienza a ser una persona sospechosa y de alguna forma señalada.
Un punto clave de carácter moral del libro gira alrededor de dos problemas diametralmente opuestos. El primero, y el más obvio, es que para asegurar una felicidad continua y universal, la sociedad debe ser manipulada, la libertad de elección y expresión se debe reducir, y se ha de inhibir el ejercicio intelectual y la expresión emocional. Los ciudadanos son felices, pero John el Salvaje considera que esta felicidad es artificial y "sin alma". En una escena crucial discute con otro personaje, el Interventor Mundial de Europa Occidental Mustafá Mond, sobre el hecho de que el dolor y la angustia son parte tan necesaria de la vida como la alegría, y que sin ellos, poniéndolo en perspectiva, la alegría pierde significado alguno.

En definitiva esta es una novela compleja que mucho más que entusiasmar con la propia historia que plantea si que vislumbra un mundo futuro que ha rechazado y eliminado la cultura y el pensamiento, aunque para ello el autor no deje de plantear en todo el libro la metáfora de LA CAVERNA de Platón, el mundo de las ideas, dominado por el mundo de las sombras.
Por lo demás en una novela que no me ha entusiasmado demasiado, aunque realmente el mundo dominante y su arquitectura física y social están relatados de una forma realmente muy interesantes.

Un saludo.

Tuesday, September 29, 2009

DECENCIA Y MEMORIA HISTÓRICA




Llevo toda la tarde pensando en como darle el enfoque correcto a las líneas que me dispongo a escribir, y no por que no tenga claro lo que quiero expresar. Sino por que en un tema como este este es muy fácil caer en la visceralidad o incluso en el entusiasmo.
Hace ya tiempo que quiero hablar de un tema en el que yo personalmente me siento muy comprometido, por mis circunstancias propias, por las de mi familia y por que para mí la decencia y la dignidad no tienen precio.
Este país en el que vivimos y a los que muchos como yo nos han dado ya muchas cosas hechas y ganadas, tiene y tendrá una deuda histórica con el negro y criminal pasado de la guerra civil y el franquismo. Algo de lo que mucha gente rehuye hablar por desconocimiento o por no mojarse y quedarse en una posición neutral.
A mi personalmente no me gustan comentarios del tipo, los dos bandos mataron, saquearon, violaron etc, etc, aún así los respeto, pero personalmente se me revuelven las tripas.
Y es que uno de los mayores logros de la transición, además de otros indudablemente grandes y absolutamente beneficiosos es la indiferencia y el oscurantismo ante las victimas, exiliados, encarcelados, represaliados del franquismo y de etapas anteriores por todos conocidas.
30.OOO desaparecidos, ( que extraña suena esta palabra ), personas que en su mayoría fueron sacadas de sus casas torturadas, fusiladas y enterradas en fosas comunes en una macabra trama perfectamente urdida para borrar las huellas de este genocidio.
¿ Que puede hacer un pueblo al que se le persigue, se le intimida y humilla, mujeres, ancianos y ancianas por un régimen golpista e ilegal que actuó con total impunidad?.
¿ que me pueden decir del terrorismo matón de la falange?, del devoto y miserable sumisión de la sección femenina y el auxilio social, aleccionando a las mujeres a ser un cero a la izquierda.
Uno de los logros de la república fue el conseguir ciertas cotas de libertad para las mujeres, educación, laicismo, representación en órganos sociales y políticos. Con las mujeres republicanas se cebaron desde el principio, nose si lo saben Ustedes, las violaron, las encerraron en cárceles donde les robaban a sus hijos con el pretexto de bautizarles, las dejaron morir de hambre y miseria, les hacían beber gasolina, a muchas directamente las fusilaron.
Todo esto es muy triste, pero también es muy tiste que parte de un país no respete ni tan siquiera el derecho de muchos mayores de saber donde se encuentran enterrados sus padres, abuelos, hermanos, en que cuneta o en que puta tapia de cementerio.

Llegados a este punto ¿quien son más víctimas estas, o las víctimas del terrorismo?
¿ y la iglesia, mayoritariamente que hizo ante semejante situación?, ellos prefieren callar, y es cierto tienen mucho que callar, de hecho no hablarán nunca.

Hace unos días ley un editorial en la edición digital de el periódico EL MUNDO, pensaba reproducirlo, pero no merece la pena, me dio mucha vergüenza ver la misma trasgiversación y manipulación de siempre.

Muchos de nosotros que hoy en día tenemos una vida tan cómoda y tan alejada de aquellos hechos seríamos un blanco perfecto en aquellos tiempos, por nuestra forma de vida, nuesto ateismo, nuestra ideología. Yo podría ser uno de ellos. ¿ y usted ?

Sunday, September 13, 2009




THE READER.

El lector.

Bernhard Schlink
Compactos Anagrama.




Para los que seguís este blog desde hace ya unos años, seguro que sabéis que el holocausto, sus antecedentes históricos, sus consecuencias posteriores, así como las vivencias de los prisioneros de los campos de concentración, guettos, etc, ha sido un tema muy tratado en este blog, al haber comentado novelas que han sabido reflejar este capítulo de la historia muy bien por diferentes autores, Stayron, Victor Frankl, etc.
Leí esta novela hace ya unos meses y creo que es una historia que merece la pena recomendar y comentar por varios aspectos, uno de ellos es que EL LECTOR, no se centra de lleno en el propio holocausto, si no más bien en las consecuencias posteriores, sociales, grupales e individuales de la sociedad alemana contemporánea. Es este un planteamiento a mi parecer muy interesante y ahí precisamente reside el acierto de SCHLINK a la hora de abordar el tema y de suscitar no pocas preguntas en el lector que lee la novela. Preguntas acerca de la convivencia posterior de victimas y verdugos o de la inevitable coexistencia de las personas que fueron sometidas, deportadas, humilladas y el resto de la sociedad alemana que cuando acabó todo prefirió mirar hacia otro lado.
Este sin lugar a dudas y bajo mi opinión es uno de los aciertos de esta novela, la visión que da de la propia sociedad alemana pasada la segunda guerra mundial y el régimen nefasto nazi.

La novela se estructura en tres partes claramente diferenciadas, no sabría decir cual de las tres me parece más interesante, aunque claramente la primera de ellas en donde se nos comienza a relatar la historia es la más conmovedora, además de ser la parte en donde se sembrará el germen que psicológicamente iremos viendo en la actitud y en la propia vida del personaje principal.

La novela está contada en primera persona, desde el principio hasta el final, Michael Berg es un joven estudiante de secundaria, un día se pone enfermo por la calle y conoce a Hanna Smith, esta lo ayuda, lo asea después de haber vomitado el y lo acompaña a su casa.
Una vez reestablecido el joven Michael vuelve a casa de Hanna para darle las gracias. Ella es una mujer bella, recia, pulcra, oliendo a desinfectante…aunque fría y distante.
Así es como comenzará una relación-ritual entre los dos, una relación desequilibrada en cuanto a la implicación emocional de sus protagonistas.
En mi opinión hay factores muy interesantes en esta primera parte, en cuanto al carácter férreo, casi marcial de Hanna y el ofrecimiento de juventud, la condescendencia del pupilo y la ilusión y entrega del amante adolescente que descubre los secretos de la sexualidad por medio de una mujer madura.
Es por esto por lo que poco a poco se crea una extraña relación entre los dos en la que Hanna ejerce un velado papel de objeto amado y a la vez dominante sobre Michael.
A la vez que en cada uno de sus encuentros Hanna le pide que le lea, siempre que le lea, historias, novelas, cuentos, así es como Hanna comenzará a conocer a los clásicos, y a sentir pasión por ellos.
Mientras Michael va sucumbiendo a esas tardes después del colegio, de lecturas sobre la cama desnudos, después de hacer el amor, mientras sus amigos, los chicos y chicos de su edad salen y se divierten.
En la segunda parte se nos muestra a un joven Michael Berg, que pasados los años está en la universidad acabando la carrera de derecho. A pesar de haber acabado los años, el protagonista no ha conseguido olvidar aquel amor de juventud, aquel amor frío y férreo, aquel cuerpo de piel blanca y firme y de anchas caderas, aquel amor casi maternal, pero a la vez cálido y voluptuoso.
Aquí es cuando vemos realmente al futuro protagonista de la novela. Un hombre marcado, un hombre que ya nunca se podrá desprender de aquella relación, de las lecturas en aquellas tardes de aquel verano extrañamente húmedo y misterioso.
Michael asiste como jurado a unos juicios de a unas antiguas carceleras nazis, allí es donde sorpresivamente volverá a ver a Hanna y no solo Michael, es el propio autor el que nos pone en una duda arbitraria al volvernos a presentar esta vez a Hanna en el banquillo de los acusados.
La Hanna fría y autoritaria, la que parecía utilizar al adolescente de un modo maternal y egoísta a la vez, la misma que se entregaba con una pasión desbocada.
La misma que ahora está acusada de haber causado la muerte de cientos de personas, junto con otras carceleras en los campos de concentración nazis.
A partir de aquí se nos relata el propio proceso al que asiste Michael junto con otros estudiantes, así como la propia visión de la sociedad alemana sobre estos procesos posteriores. La actitud social del pueblo estuvo muy ligada a la omisión de los hechos, así como al propio olvido, por lo que se nos muestra muy bien en la novela que la propia sociedad condenó al olvido a muchas victimas y las obligó a convivir y crear conciencia social junto con los propios encubridores de los hechos que los llevaron a su desgracia.
En el juicio Hanna será declarada culpable de los cargos que se la imputan y de otros que no ha cometido, Michael se da cuenta de ello, de que realmente a Hanna la están acusando de cosas que no son posibles por que ella está escondiendo algo. Algo que siempre ha sido su secreto y que el sabe.
Esta parte también es muy interesante porque Michael se encuentra en una encrucijada, el tiene la prueba de que ella no pudo haber firmado ni cometido de lo cual la acusan, ¿Pero está en su derecho realmente, el desvelar aquel secreto que no le pertenece?, Un secreto, que ni ella misma quiere desvelar para salvarse.
El resto y la tercera parte nos presenta a un Michael maduro, con una hija y un matrimonio fracasado y que nunca ha dejado de pensar en Hanna, en esta parte se vuelve a establecer otro tipo de relación entre ellos, una relación que nunca será física por encontrarse ella en la cárcel.
No quiero desvelar esta última parte ya que es uno de los pilares de la historia. El lector es una novela muy original, por el planteamiento de ella misma y por la relación que establecen sus personajes. Es del tipo de novelas que uno espera que pasen un par de años para volverla a leer y ver si algo ha cambiado….

Un saludo.

Sunday, August 30, 2009

TURISMO ECOLOGICO


















UN AUTOBUS, mi palo quechua cerrado, subimos al cielo y nos paran en la pradera, la de MURCIA INDECISA, YO y mis piernas, mis muslos, equilibrio.
Subimos la senda y no los vemos, a los cazaDORES, una hora y media, un zigzag, HUNDO mi palo quechua y el invierno se instala en mis riñones, en mi culo, en mis piernas. La de MURCIA no suda,
No DUDA, solo desprende calor y energía ecológica.
Si meas y te limpias, te guardas el clinex. PRIMERA REGLA, no duda.

Subo, sube, SUBEN, NEBUS, SUDOR, rodus. Arriba llegas a un refugio y te quitas la camiseta, todos se quitan las camisetas y el mundo se desescama.
Frutos secos, GEOLOGIA GLACIAR. El Rincón, seguimos, nos siguen, los seguimos. Helechos ecológicos, hongos asexuados, frambuesas sexys, edelweis de alta costura.
Los Buitres nos miran y yo pienso en su elipsis y la de Murcia eructa una nubecilla en medio de un día aplastantemente soleado.
Actitud aplastantemente quechua, Puta generación Decatlón. La religión de los pistachos.
El sudor extranjero escuece en los ojos, tu mano, una visera y frente a ti la de Murcia y todos los picos, todas las montañas, abajo todo el valle.
Pero todo no valle, no valle pararte, no valle mear, ni tirar papeles, ni cambiar un pañal, ni practicar sexo de ruta.
Al fin vemos la meta, las azafatas nos esperan, azafatas acuáticas, vacas acuáticas que solo comen hierba ecológica.
Meto los pies en el río. Todos me acompañan y meten sus pies de goma en el río. Creo tendencia.
La de Murcia se lía un cigarro y se ríe. Se han acabado los pistachos.

Wednesday, August 26, 2009

CHESIL BEACH



CHESIL BEACH

Ian Mcewan

Compactos Anagrama.


Esta es una de esas novelas cortas que dicen tanto en tan pocas palabras que su recuerdo dura toda una eternidad.

Chesil Beach nos plantea en principio una situación muy literaria y romántica como es la noche de bodas de unos recién casados. Una tranquila habitación de hotel en la playa de Chesil Beach, al sur de Inglaterra, un espacioso salón, donde sobre una mesa todo espera en un perfecto orden, los platos de porcelana, los cubiertos de plata, las copas del mejor cristal, dos ayudantes de cámara y un carro con una lujosa cena.

Este es el escenario donde el autor nos comienza a contar esta historia, sentados a la mesa Florence y Edward una pareja de enamorados que se acaban de casar y tienen que enfrentarse a sus propios demonios, el deseo de él y el miedo y la evitación entregada de ella. Corre el año 1962, la revolución sexual todavía no ha llegado a una Inglaterra provinciana que todavía guarda demasiados recelos…de alguna forma son presa de sus propias circunstancias y ellos lo saben. El miedo a la intimidad por parte de ella y el deseo de encontrarla en la mujer amada por parte de él. Falta muy poco para la explosión y los cambios sociales que vendrían con la revolución de las ideas y de los diferentes conceptos de las relaciones, los nuevos aires de los Beatles y los Stones, aunque esto todavía no ha ocurrido y ellos se encuentran solos, unos frente al otro, después de que se hayan retirado los camareros de la habitación de hotel con vistas a Chesil Beach.
Florence es una joven concertista de un cuarteto de violín, hija de una familia culta y acomodada, Edward en cambio proviene de un hogar humilde de la campiña inglesa, con muchos hermanos y una madre enferma.
El autor parece querernos decir que las desavenencias y el desencuentro de la pareja esa noche con su propia intimidad deseada de modo diferente por los dos personajes, no solo es producto de una época en la que las relaciones eran totalmente diferentes a las actuales, remarcando las circunstancias sociales de cada uno de ellos y que en definitiva los distancian.
Edward en el fondo no espera nada, por que tampoco se ha creado expectativas, solo desea lo que cree ser natural y legitimo en la situación en la que se encuentran, en cambio Florence no desea, por que teme, teme al dolor, teme al pudor que no puede contener, a no satisfacer, a ser rechazada.
La novela transcurre entre la delicadeza del principio como si fuese un lejana letanía y los retrocesos en la vida anterior de cada uno y en su relación en forma de Flash Back, de este modo el autor nos recuerda que el ejercicio de la intimidad, la entrega, el deseo y su complacencia, nos dice que no siempre todo ha sido igual que hemos recorrido un largo y a veces tortuoso camino del amor y el sexo, abandonando culpabilidades, falsas ideas preconcebidas.

La pedregosa y solitaria playa de Chesil Beach me ha resultado casi una metáfora del fin del mundo y a la vez del infinito, el encuadre perfecto de dos personajes que están solos y que apenas son capaces de enfrentarse a ellos mismos.
Maravillosa novela, con un final que aunque de algún modo predecible no deja de ser un final inquietante de las historias que pudiendo haber sido no fueron.
Una de las mejores historias que he leído en años.

Luis Roser

Wednesday, July 15, 2009

LAS UVAS DE LA IRA II




Quiero comenzar diciendo que LAS UVAS DE LA IRA, es una gran novela por muchos motivos, principalmente tres, su tremenda visión de unos hechos que pasaron en los Estados unidos en los años treinta cuando una gran parte de el país tuvo que emigrar a las zonas ricas y con trabajo como California y la plena actualidad de estos hechos hoy en día.
El segundo punto sería la fuerza narrativa y la constante y sentenciadora presencia de la naturaleza en toda la novela.
La propia naturaleza juega un papel de juez, de madre creadora, de verdugo, solo hay que ver como comienza la novela, en la aridez más absoluta y acaba con unas inundaciones exterminadoras. Por tanto lo que quiero decir es que en esta novela se respira la naturaleza, se siente, es el gran personaje de fondo de la novela, la condición que muchas veces marca el rumbo de los protagonistas.
Por último el tercer punto a destacar son sus personajes, áridos y cavernosos, pero muy humanos a la vez, y por supuesto el final, pocos finales son tan contundentes y dejan en el lector un poso de desesperanza como este.
El final de este libro es desgarradoramente bello, como una piedad de Miguel Angel dentro de un viejo establo de madera y a la espera de la Apocalipsis. Es un final rotundo, sin matices, o lo tomas o lo dejas, no hay término medio, pero a la vez dentro de toda la crueldad a la que se ven sometidos los protagonistas, tiene algo difícil de ver, pero esperanzadoramente bello.

Steinbeck ahonda de una forma nada superficial en las razones y las causas del rechazo ante la desgracia ajena, ante lo desconocido, ante lo que puede suponer la pérdida de nuestra propia seguridad y bienestar. Mediante la situación de la familia protagonista el autor hace un vivo y desgarrador retrato de los movimientos migratorios que se producen en el mundo y el miedo que los mismos pueden llegar a provocarnos, así mismo el autor traza en todo momento un genial análisis acerca del bien y del mal, de lo bueno y de lo malo, mediante una situación límite en la que al final lo único que queda es la propia supervivencia. Eso si te dejan sobrevivir, por que entre otras cosas no interesa que nuestros protagonistas sobrevivan.
También cabe destacar un claro mensaje filosófico en gran parte de la novela, ya bien por el propio pensamiento de los protagonistas o por el desarrollo de los hechos que ocurren.

Al recibir el premio Nobel en 1962, John Steinbeck describió la obligación del escritor como «sacar a la luz los sueños oscuros y peligrosos de la humanidad con el propósito de mejorarlos.» Por esta razón algunos críticos han menospreciado su obra: lo han caracterizado como defensor de la crítica socialista del capitalismo; o, alternativamente, lo han visto como campeón del individualismo, o como un principiante en la sociobióloga, o como naturalista.

Sunday, July 05, 2009

LAS UVAS DE LA IRA


LAS UVAS DE LA IRA





Las uvas de la ira.
John Steinbeck




1902 – 1968


El sol bien alto, el polvo de los caminos, los granos de cereal, el olor de la avena, caminos resecos, árboles quemados por el sol que apenas ofrecen sombra, una tortuga solitaria que camina poco a poco cubierta de una fina capa de polvo, el aire recalentado y asfixiante…
Cae la tarde y se pone el sol, todo adquiere un color agresivo y anaranjado y el polvo suspendido en el aire poco a poco vuelve a su lugar de origen, y salen los gatos y los perros de sus escondites y se despiertan perezosos….

Así es el comienzo de la novela más o menos. Comienza con una descripción de la naturaleza más propio de un escritor romántico ruso que del propio autor al que nos referimos.
Tom Joad el principal protagonista es un ser excepcional dentro del universo que se relata, es una persona inconformista, maltratado por la vida y por el sol que poco a poco los extingue a todos. Tom acaba de salir de la cárcel después de cumplir la condena por haber matado a un hombre durante una pelea. Que nuestro protagonista ha matado a un hombre, es innegable, pero tiene un sentido muy peculiar tanto de su propia vida como de la cárcel, de las causas que llevan a los hombres a arruinar su propia existencia, Tom es al fin y al cabo un libre pensador y por lo tanto es muy fácil provocarle.
Cuando por fin después de un largo viaje Tom regresa a su casa se encontrará con que los bancos y los banqueros que son los dueños de las tierras están echando a todos de sus casas.
Tom llegará acompañado por un predicador que ha encontrado en al camino, el mismo predicador que unos años antes sermoneaba para su propia comunidad.
Este último personaje es muy interesante ya que es una persona con unas firmes convicciones, pero que debido a la situación general en la que todos se encuentran deja de tener fe en si mismo y en todo lo que el mismo defendía en sus sermones. Ahora mira las cosas y las llama por su nombre, hambre, suciedad, pobreza, delgadez, niños con la barriga hinchada…Casey es el complemento ideal de Tom, por que al igual que este es un libre pensador, solo se diferencia del primero, que él ya no espera nada de la vida.
La familia joad, como el resto de los habitantes del pueblo, como centenares de miles de personas que hicieron lo mismo en los años treinta decide coger lo poco de valor que tienen, colchones, sartenes, mantas…y emprender el largo viaje hacía la tierra prometida, CALIFORNIA, la tierra de las naranjas, de las manzanas y las peras, de las vides, de las casas limpias pintadas de blanco…En este punto se ponen en cuestión varias cosas, la primera sería la manipulación y el provecho de situaciones desastrosas y desesperantes, los propios dueños de las grandes extensiones y de las producciones de California son los que han creado una mentira basada en una gran demanda inexistente, lanzando octavillas por los pueblos azotados por una sequía extrema, dando mensajes equívocos de falsa prosperidad y de agradables expectativas que nunca se verán cumplidas.
Tanto john como Casey el predicador, se darán cuenta del verdadero sentido de todo aquello, de las verdaderas intenciones, del propio proceso en el que se han metido y cada uno de ellos a su manera tendrá que pagar su precio. Aunque eso lo veremos más tarde.




PRIMERA PARTE

Sunday, June 28, 2009

LAS UVAS DE LA IRA


INTRODUCCIÓN SOBRE LAS UVAS DE LA IRA



Quiero comenzar diciendo que LAS UVAS DE LA IRA, es una gran novela por muchos motivos, principalmente tres, su tremenda visión de unos hechos que pasaron en los Estados unidos en los años treinta cuando una gran parte de el país tuvo que emigrar a las zonas ricas y con trabajo como California y la plena actualidad de estos hechos hoy en día.
El segundo punto sería la fuerza narrativa y la constante y sentenciadora presencia de la naturaleza en toda la novela.
La propia naturaleza juega un papel de juez, de madre creadora, de verdugo, solo hay que ver como comienza la novela, en la aridez más absoluta y acaba con unas inundaciones exterminadoras. Por tanto lo que quiero decir es que en esta novela se respira la naturaleza, se siente, es el gran personaje de fondo de la novela, la condición que muchas veces marca el rumbo de los protagonistas.
Por último el tercer punto a destacar son sus personajes, áridos y cavernosos, pero muy humanos a la vez, y por supuesto el final, pocos finales son tan contundentes y dejan en el lector un poso de desesperanza como este.
El final de este libro es desgarradoramente bello, como una piedad de Miguel Angel dentro de un viejo establo de madera y a la espera de la Apocalipsis. Es un final rotundo, sin matices, o lo tomas o lo dejas, no hay término medio, pero a la vez dentro de toda la crueldad a la que se ven sometidos los protagonistas, tiene algo difícil de ver, pero esperanzadoramente bello.

Steinbeck ahonda de una forma nada superficial en las razones y las causas del rechazo ante la desgracia ajena, ante lo desconocido, ante lo que puede suponer la pérdida de nuestra propia seguridad y bienestar. Mediante la situación de la familia protagonista el autor hace un vivo y desgarrador retrato de los movimientos migratorios que se producen en el mundo y el miedo que los mismos pueden llegar a provocarnos, así mismo el autor traza en todo momento un genial análisis acerca del bien y del mal, de lo bueno y de lo malo, mediante una situación límite en la que al final lo único que queda es la propia supervivencia. Eso si te dejan sobrevivir, por que entre otras cosas no interesa que nuestros protagonistas sobrevivan.
También cabe destacar un claro mensaje filosófico en gran parte de la novela, ya bien por el propio pensamiento de los protagonistas o por el desarrollo de los hechos que ocurren.

Al recibir el premio Nobel en 1962, John Steinbeck describió la obligación del escritor como «sacar a la luz los sueños oscuros y peligrosos de la humanidad con el propósito de mejorarlos.» Por esta razón algunos críticos han menospreciado su obra: lo han caracterizado como defensor de la crítica socialista del capitalismo; o, alternativamente, lo han visto como campeón del individualismo, o como un principiante en la sociobióloga, o como naturalista.