Saturday, May 26, 2007

NIEBLA de Unamuno. Primera parte.


NIEBLA de Unamuno. Primera parte.

Niebla de Don Miguel de Unamumo es ante todo una gran novela, por varios motivos, algunos son sus peculiaridades y su propio estilo, así como la magnifica recreación sentimental, pasional y humana de sus escasos personajes.

A mi parecer cabe destacar la importancia que tiene en el protagonista de la obra Augusto Pérez, su propia condición humana, su carácter, o su falta de él, su decisión unas veces o su indecisión otras….para el posterior devenir y desenlace de la novela.

Otro aspecto reseñable, por lo que tiene de novedad e incluso de PROVOCACIÓN con el lector es el recurso de confrontar, realidad e irrealidad, normalidad y fantasía, todo esto llevado por parte del autor hasta el extremo de convertirse él mismo en un personaje de su propia novela, ¿por su propia decisión o por decisión de nuestro protagonista Augusto Pérez?
Curiosa metáfora la del duelo del autor con su propia obra revelándose ante él y cuestionando su capacidad para crear acción, opinión, libertad en sus propios personajes.
Otro aspecto a tener en cuenta es la magnifica recreación de el universo personal de cada uno de sus personajes, sobre todo Augusto y Eugenia, sus pasiones, sus certezas y contradicciones, sus caracteres y los condicionantes de los mismos. Con todo esto Unamuno llega a involucrar al lector en sus propios personajes mucho más de lo que parece a primera vista, ya que cada uno desde el principio va labrando su propio devenir en la novela, o es nivela?.

En la vida de cualquier persona se presentas situaciones que son típicas de repetirse de una forma más o menos parecida en muchos de nosotros, como son enamorarse, sentir y ver al mundo de una manera diferente, dependiendo de lo que pase a nuestro alrededor, ya sea que se es joven y ya no se tiene ni al padre ni a la madre y hay sucesos que se requieren de la presencia de los padres y muchas veces no sabremos como resolverlas o solucionarlas de una manera conveniente. Los impulsos, la juventud, y otras situaciones son las que nos presenta Miguel de Unamuno en su libro publicada en 1914 nos relata la situación de un joven de buena familia que ha sufrido de la perdida de su madre y experimenta cambios psicológicos y emocionales y descubre el amor en una mujer, que es maestra de piano llamada Eugenia Domingo del Arco y de las peripecias que sufre el pobre Augusto para conquistarla. Todo esto sucede en España entre finales de siglo XIX y principios del siglo XX.

Augusto Pérez se encuentra con veinte y pocos huérfano de padre y madre, heredero de la casona nobiliar de la familia y al cuidado y acompañado de los sirvientes Domingo y Liduvina.
Augusto vive en un frágil y recatado mundo a mitad de camino entre lo novelesco y el acomodamiento social y personal de los de su clase. Todo esto e incluso su propia existencia se verán absolutamente alteradas al conocer a Eugenia una bella joven pianista de profesión, huérfana de padres como él y que vive con sus tíos, Eugenia da clases particulares de piano para poder pagar la hipoteca de la casa donde han vivido sus padres. Eugenio al enterarse de este hecho no dudará en pagar la deuda el mismo.
Eugenia mujer joven y libre, influenciada por las ideas anarquistas y libertarias de su tío rechazará la oferta e incluso se sentirá indignada ante tal acto.
Otro personaje a señalar en la novela es Victor, amigo de Augusto y confesor de sus bajas y altas pasiones, personaje como otros de la novela y de otras parecidas en este estilo académico de la época, personaje encorsetado en sus propias circunstancias, un matrimonio no del todo deseado, una falta de identidad clara en lo que se refiere a su propia libertad personal…..



ANTECEDENTES HISTÓRICOS SOBRE DON MIGUEL DE UNAMUNO



YA que en brebes comentaré NIEBLA de Unamuno, me ha parecido muy interesante publicar un artículo sobre algo que había oído muchas veces nombrar en los corrillos de las tertulias a modo cassi deLeyenda Urbana, aquí lo teneis, el compromiso, siempre es el compromiso y desde luego siempre se acaba pagando un precio, espero que les guste, y aunque no sea así nada podrán hacer para restarle importancia, por muy anecdotario que parece lo que van a leer, en la a veces sangrante y dura historia de la intelectualidad de nuestro país.





Al iniciarse la guerra civil, apoyó inicialmente a los rebeldes. Unamuno quiso ver en los militares alzados a un conjunto de regeneracionalistas autoritarios dispuestos a encauzar la deriva del país. Cuando el 19 de julio la práctica totalidad del consistorio salmantino es destituida por las nuevas autoridades y sustituida por personas adictas, Unamuno acepta el acta de concejal que le ofrece el nuevo alcalde, el comandante del Valle.

En el verano de 1936 hace un llamamiento a los intelectuales europeos para que apoyen a los sublevados, declarando que representaban la defensa de la civilización occidental y de la tradición cristiana, lo que causa tristeza y horror en el mundo. Azaña lo destituye, pero el gobierno de Burgos le repone de nuevo en el cargo. Sin embargo, el entusiasmo por la sublevación pronto se torna en desengaño, especialmente ante el cariz que toma la represión en Salamanca.
En sus bolsillos se amontonan las cartas de mujeres de amigos, conocidos y desconocidos, que le piden que interceda por sus maridos encarcelados, torturados y fusilados. A finales de julio, sus amigos salmantinos, Prieto Carrasco, alcalde republicano de Salamanca y José Andrés y Mansó, diputado socialista, habían sido asesinados, así como su alumno predilecto y rector de la Universidad de Granada Salvador Vila. En la cárcel se hallaban recluidos sus íntimos amigos el doctor Filiberto Villalobos y el periodista José Sánchez Gómez, éste a la espera de ser fusilado. Su también amigo, el pastor protestante Atilano Coco, estaba amenazado de muerte.

A principios de octubre, Unamuno visitó a Franco en el palacio episcopal para suplicar inútilmente clemencia para sus amigos presos.
Unamuno se arrepintió públicamente de su apoyo a la sublevación. Durante el acto de apertura del curso académico (que coincidía con la celebración de la "Fiesta de la raza") el 12 de octubre de 1936, en el Paraninfo de la Universidad, y tras una serie de discursos atacando a la "anti-España", Unamuno criticó duramente la rebelión, sentenciando al final: "Venceréis, pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta; pero no convenceréis, porque os falta la razón". Le contesta brutalmente el general José Millán Astray (el cual sentía una profunda enemistad por Unamuno, que le había acusado inopinadamente de corrupción), gritando "A mí la Legión", "viva la Muerte" (lema de la Legión) y "abajo la inteligencia"; Unamuno contesta "viva la vida" (casi un insulto a la Legión).

El general se levanta indignado, y José María Pemán trata de aclarar: "¡Viva la inteligencia! ¡Mueran los malos intelectuales!". La esposa de Franco, Carmen Polo, toma del brazo a don Miguel y le acompaña a su casa, rodeados de su guardia personal. Ese mismo día, la corporación municipal se reunió de forma secreta y expulsó a Unamuno.
El proponente, el concejal Rubio Polo, reclamó su expulsión "...por España, en fin, apuñalada traidoramente por la pseudo-intelectualidad liberal-masónica cuya vida y pensamiento [...] sólo en la voluntad de venganza se mantuvo firme, en todo lo demás fue tornadiza, sinuosa y oscilante, no tuvo criterio, sino pasiones; no asentó afirmaciones, sino propuso dudas corrosivas; quiso conciliar lo inconciliable, el Catolicismo y la Reforma; y fue, añado yo, la envenenadora, la celestina de las inteligencias y las voluntades vírgenes de varias generaciones de escolares en Academias, Ateneos y Universidades".
El 22 de octubre, Franco firma el decreto de destitución de Unamuno como rector.

La información para este artículo ha sido sacado de una página de internet, ya que yo todos estos datos históricos en parte los desconocía.




Wednesday, May 23, 2007

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