Friday, August 10, 2007

LA EXTRAÑA SITUACIÓN DEL HOMBRE QUE VIVIÓ CINCO AÑOS RECLUIDO COPIANDO LA MASCOTA PROMOCIONAL COBI segunda parte.


SEGUNDA PARTE Y FINAL


Al final vi una luz y una pequeña puerta abierta, entré sin pensármelo a una amplia habitación bien iluminada, con una gran mesa central llena de pantallas planas de ordenador, me quedé parado delante de todo aquello, los ordenadores portátiles, impresoras, cajas metálicas de donde salian multitud de cables de colores..., paralizado y con la boca abierta de que todo aquello hubiese estado a escasos metros de mi casa mientras tanto el silencio, el silencio de la noche solo roto por el sonido del viento.
De repente un sonido ajeno me sobresaltó, era el sonido de un fax, algo que yo no oía desde hace años, me acerqué y cogí la hoja impresa que acababa de salir, comencé a leer y de repente vi mi nombre en el encabezamiento y un texto en negrita que decía, URGENTE, SE NECESITAN ÚLTIMOS INFORMES PARA EL PROGRAMA DE MAÑANA.
¿ Se da cuenta doctor?, ¿ mi nombre ? , aquel papel se me cayó al suelo y eso no fue lo peor, sobre la mesa habían muchas revistas, quizás 20 o 30 algunas de ellas con mi cara, otras en las que yo salía desnudo en el huerto…..otra en la que salía mi hermana sentada en el plató de uno de esos programas de cotilleo, también habían cds, cintas de video, Dvds., cogí uno y lo puse, en la carátula ponía en letras rojas una fecha de hacía escasamente unos días, me quedé pegado a la silla en la pantalla en ella me veía a mi desnudo como en ese mismo momento estaba saliendo al huerto y tendiendo con unas pinzas unos dibujos de unos COBIS todavía sin catalogar. Un escalofrio recorrio mi espalda de arriba abajo y tuve un presentimiento mirando todas aquellas ridículas revistas esparcidas por la mesa, me conecté a Internet y puse mi nombre en un buscador, aparecieron casi dos millones de entradas, pinché en la primera y me llevó a la pagina de videos youtube en la que habían más de cien videos, entré en el primero de ellos y vi una escena en la que yo estaba bañando en una pila del huerto a mi peluche COBI aborigen, me sentí tan ridículo, casi con el estómago lleno de piedras como el lobo de caperucita que salí poseído y aullando en mitad de la noche, llegué a mi casa y cogí una garrafa de gasolina que tenía en la parte trasera en el cuarto de la leña.
ESTABA LOCO, ¿se da cuenta?....y yo sin saber nada, ¿ y nada de que?, pues eso…. De nada, yo no sabía nada.
Comencé a rociarlo todo con gasolina, aquel olor tan de la sociedad que yo había aborrecido me provocaba nauseas, vi como los cobis me miraban, los vi a todos, uno por uno, callados, mirándome, en silencio, esperando lo inevitable…solo por unos momentos me vi reflejado en un espejo y me di tanta lástima que estrellé un COBI carnicero de silicona que cogí de la estanteria contra el cristal que se partió en mil pedazos.
Todo comenzó a arder tan rápido que yo apenas me di cuenta de nada, empecé a correr gritando y cogí la carretera de salida del pueblo, solo me giré un momento y ví a lo lejos como las llamas se elevaban al cielo devorando lo poco que quedaba ya de la casa.

Me encontró un camionero que pasaba por allí tendido en la cuneta, desnudo, casi inconsciente……………………………………….


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¿cree usted que hice bien doctor?, quemarlo todo, olvidarlo todo, destruirlo….

Hiciste lo que debiste de hacer. No pienses más en ello.

Al salir por la puerta acompañado por una enfermera, vi como el doctor se levantaba y miraba por la ventana con expresión cansada y una mano en el bolsillo de la bata.
Por un momento, solo por un momento pude ver tras el cristal de la puerta antes de cerrarse como sacaba de su bolsillo el COBI bombero y lentamente se giraba y me sonreía.

Monday, August 06, 2007

LA EXTRAÑA SITUACIÓN DEL HOMBRE QUE VIVIÓ CINCO AÑOS RECLUIDO COPIANDO LA MASCOTA PROMOCIONAL COBI parte primera

Primera parte


Estuve 10 años trabajando en el registro civil, diez años... ¿tampoco son tantos, verdad?, pues yo apenas lo recuerdo.



Me recuerdo gris, acartonado, un poco cenizo, inscribiendo nacimientos y apuntando y comprobando defunciones, de casa al trabajo y del trabajo a casa. Ya, ya sé lo que debe de estar pensando, pues eso, de mujeres nada, yo apenas me he sabido relacionar con ellas, la verdad es que ni con ellas ni con nadie.

¿Me puedo encender un cigarro?, he vuelto a fumar y a este paso con todo lo que le estoy contando le voy a ahorrar todo el trabajo.
La verdad es que los años del registro no fueron peores en sí que otros, pero yo era un autómata, una simple sombra de mi otro yo, ¿me entiende?, era aburrido, solitario, huidizo, no me cuidaba la soriasis…
Así estuve diez años como le he dicho, incluso me gustó una chica que trabajaba en los juzgados, era guapa, Rosa creo que se llamaba, pero nada….

El día que empezó a cambiar todo yo estaba en casa, hacía frio, serían las navidades o algo así, había pillado la gripe de todos los años, por lo que llamé al registro y hablé con mi departamento para poder quedarme ese día en casa. Entonces fue cuando al abrir un cajón de la cocina para buscar unas aspirinas me encontré con el primero de ellos, nunca antes había tenido en casa un muñeco como aquel, pero allí lo tenía delante de mí, un COBI vestido de bombero, con su uniforme, su gorra, su manguera.
Me quedé mirándolo y decidí cogerlo con la mano en dirección al sofá, encendí la tele, me abrigué con una manta y así pasé el día.
Ya, ya se que es muy absurdo, ¿se cree que no lo he pensado veces?, pues ese día empezó todo y yo después ya no lo supe parar.

Al día siguiente ya me encontraba mejor y fui a trabajar con el COBI metido en el bolsillo derecho de la americana, al principio bien, la rutina diaria, los informes… pero no podía dejar de mirar el muñeco de apenas unos ocho centímetros que había dejado encima de mi mesa.
Casi sin darme cuenta decidí buscar información y fotos de otros modelos de la mascota COBI Claro que al principio no fue como sería después… pero claro, así es como empezó todo.
Comencé a buscar de una forma cada vez más impaciente distintos modelos de la mascota COBI, así fue como conocí los primeros y más primitivos, y después los más evolucionados. El COBI bombero fue el primero, luego vino el médico, el enfermero, el COBI jardinero con sus tijeras de podar, el COBI con patinete, el rapero, el payaso, el amigo de los animales, el cocinero, el pintor, ¿no le estaré aburriendo?... porque no he hecho más que empezar.

Y a mi interés por conocer nuevas mascotas se unió el memorizarlas mentalmente y dibujarlas, primero una, luego otra, y otra y otra, luego quise colorearlas, colores Alpino, ceras Manley, rotuladores Stadtler, tizas de colores. Claro, al final me hice notar; EN EL TRABAJO DIGO… yo era muy discreto y siempre llevaba una carpeta para guardar los dibujos acabados, pero claro, los demás tontos tampoco eran y al final comencé a no atender bien el trabajo, se me olvidó borrar del registro a más de cincuenta fallecidos.

Yo la verdad no me daba cuenta y no me daba cuenta por que en aquellos meses yo fui una persona muy feliz, sí, feliz, se podría decir que en una constante luna de miel conmigo y la mascota.

A los dos meses o trés me llamó el director del registro a su despacho, yo fui derecho a aquella puerta gris que estaba al fondo del pasillo con una sonrisa en la boca y con una mano dentro del bolsillo de la americana tocando un COBI pianista que me había comprado, aunque ahora mismo no sé si era el pianista o el del saxofón, da igual alguno sería porque una semana antes me había comprado una orquesta completa de COBIS.
Aquel miserable me despidió con cuatro escuetas frases. No las recuerdo, la verdad.
Aún saqué un buen despido, necesitaba unas vacaciones, así que me fui una semana a Barcelona y rastreé y compré todas las figuras de COBIS que me fue posible. Esa semana fue cuando encontré uno de mis favoritos y de los más buscados: el COBI político conservador.

Yo realmente fui muy feliz, para mí no había nada más, dibujar cada modelo que compraba o conseguía por internet, por catálogos, por tele tienda, por los pocos conocidos que me quedaban.
Dibujos y más dibujos, carpetas, bolsas, cajas, sobres acolchados, archivadores, cajones, estanterías, carpetas con anillas, hojas plastificadas, álbumes de fotos, apenas salía ya de casa, lo justo… ya sabe… en estos casos.

Ya no cabíamos en casa yo y todos los COBIS. Con lo que me quedaba del despido y lo que me dieron del piso me compré una casa en un pueblo desabitado del pirineo.

Me llevé unos pocos muebles, mi mesa de dibujo, mi lámpara de luz blanca perfilada, mi calcador y perfilador automático… NO ME MIRE ASÍ con el paso de los años toda persona evoluciona… Bueno… ya sabe, que le voy a contar a usted… pero con lo que realmente se llenó el camión de la mudanza y otra furgoneta que tuve que contratar fue con todos los dibujos y las miniaturas de los COBIS.

La casa era perfecta grande, antigua, de piedra, en un pueblo vacío del pirineo, o eso es lo que yo creí en un principio. Arreglé la huerta trasera de la casa, me costó lo mío, menuda estaba!!!!....así comencé mi nueva vida, me dejé crecer la barba y el pelo, me hice estrictamente vegetariano, la carne me daba nauseas, me recordaba el acoso y derribo que había sufrido por parte de una sociedad voraz y consumista y excesivamente deshumanizada
Fueron dias bonitos….me suscribí a varias revistas que me enviaron todos los modelos de los COBIS japoneses, me levantaba temprano por la mañana, realizaba mis ejercicios de meditación, desayunaba algún zumo natural y me ponía a la tarea de dibujar COBIS, readaptar otros que ya había hecho….hacer versiones para los países del este, asiáticos, africanos, oceánicos…siempre pensando que esta dura labor que yo llevaba realizando se vería recompensada algún día.
Así estuve tres años, ¿no le he dicho que en el pueblo vivía alguien además de mi?, hasta a mi me costó darme cuenta ya que en muchos meses no la vi ni una sola vez, pero yo notaba que no estaba solo,…no sé…. A ver si me entiende….eran pequeñas cosas, detalles, como encontrarme cambiado de sitio un COBI torero que acababa de pintar con acuarelas y lo había dejado en el área de secado del huerto u otra vez que me desapareció el boceto definitivo del COBI cosmonauta con el que llevaba trabajando dos meses. Al principio no le presté mucha importancia, yo seguía con mi rutina, mi huerto, me había hecho naturista y empecé a ir todo el día desnudo.
Decidí eliminar todo rastro de tecnología de la casa, la luz, el frigorífico, el teléfono, por supuesto..¿ para que quería yo teléfono?, si no tenía nada que hablar con nadie…. Quité los relojes y el mío de pulsera lo tiré al río.
Pronto comencé a obsesionarme con la idea de que había alguien que en todo momento me observaba, al final me decidí a dar varias vueltas al pueblo, abría puertas miraba a través de los rotos muros, pero nada, estaba solo.
Comencé a no dormir bien, aquella dulce soledad que desde hacía años me había acogido comenzaba a angustiarme, oía ruidos, extrañas risas apagadas como de una mujer desdentada, yo me revolvía en la cama agarrando las sábanas de seda ecológica y abrazándome a un COBI aborigen que yo mismo inventado y que mandé hacer a una empresa de juguetes de Alicante.
Cada día estaba más irritable, incluso había modelos de COBIS que me inspiraban desconfianza. Un día me enfadé tanto que fui a tirar el COBI bombero al basurero ecológico que yo mismo me había hecho….ese COBI era mi joya más preciada, el primero… pero también era el culpable de que todo aquello comenzase a desmoronarse.
Al salir a tirarlo fue cuando la ví agachada junto a unos arbustos, me miró con una extraña mirada, con el brillo que da la envidia y las ansias de poseer lo ajeno…salió corriendo y entonces ví que se trataba de una viejecilla toda vestida de negro, intenté salir tras ella, pero el miedo me paralizaba, solo e detuve unos momentos antes de entrar en casa a recoger un COBI con la cabeza cortada que al salir corriendo se le había caído de las faldas.
Esa misma noche sentado en mi mesa de dibujo a la luz de las velas fue cuando escuche a traves de una de las ventanas esa risa que llevaba tiempo atormentándome y una voz susurrante y maliciosa que me dijo…LO SÉ TODO, ESTÁS LOCO, LOSE TODOOOOOOOOOO, y dejó arrastrar la última sílaba hasta desaparecer por completo de una forma que me provocó un espasmo que me hizo caerme de la silla arrastrando conmigo varios COBIS circenses que salieron despedidos.
Me quedé en el suelo unos segundos, pero solo eso, unos segundos, una fuerza que no era humana me hizo levantarme de un salto y salir corriendo en su busca, la noche era oscura había pasado el verano y yo sentía frío corriendo como un loco desnudo por las calles vacías de aquel pueblo.