Tuesday, May 13, 2008

POETA


No quise ser poeta.
Desde niño quise ser carpintero
Para construir un pueblo de madera.

Un día de otoño, salí a ver el río
Los buitres, andaban perdidos en su elipsis.
Y desde un cielo amarillo,
Me miraban.

Yo pensaba en mi mundo, ruinoso y olvidado
El río brillaba de lumbre y hielo
El viento tensaba las ramas.
Y de pronto un versó me cayó en la cabeza.

Caí en la hierba de lana verde.
Entonces te vi en mis sueños,
Eras mulata, una diosa. Toda, entera.

De tu pecho salían flores
Y pájaros blancos que hablaban de misterios
Tú me mirabas y rezabas, sin casi mover los labios.

Desperté tarde, cuando azules las sombras
Y de un verde ya oscuro los prados
Sentí frío y vi que el río se había helado.

Tú ya no estabas. Habías marchado
Volví a casa corriendo, casi aullando,
Solo antes de abrir la puerta
pude escuchar el eco.

No has de temer, poeta.
No temas al miedo. Ni al hielo que no es hielo.
Ni al fuego, que no es fuego.
Ni tan siquiera a ti mismo.

Pero siempre ten la certeza,
Que tus versos vivirán en mí.

Carpintero, amigo.
poeta