Monday, April 21, 2008

EDUARDO CHILLIDA
















DIÁLOGO DEL SILENCIO

Hace ya días que me viene rondando por la cabeza el introducir en este blog una serie de nuevos contenidos sobre el mundo de el arte y todo lo que en el puede tener cabida.
Hoy ha sido un día bastante ajetreado en el trabajo por lo que esta primera entrada me la voy a autorregular, con el permiso de todos ustedes.
Hablar de Eduardo Chillida es hablar de arte con mayúsculas. Para mi personalmente es uno de los artistas que más han influido en mi propia visión de ver y entender el arte.
Términos y conceptos como el vacío, la elipsis, el silencio, los huecos, las gravitaciones….están fuertemente ligados a este artista vasco, con una obra tan rotunda y personal que la hace inconfundible.
Dicen que esto es la génesis de un genio, una obra de Chillida es inconfundible, no solo por el aspecto estético y visual, si no por el halo de sosiego, incluso de misticismo que todas ellas encierran.
Para mi Chillida se asemeja mucho a los primeros artistas del mundo, sus obras son como Dólmenes que guardan silencio y respiran.
El mundo de el hierro y sus óxidos, el alabastro, el granito, sus bloques vaciados en busca de el infinito…y lo más importante y para mi una de las señas de identidad de su obra, la gran capacidad para concebir obras, muchas ellas de gran formato, que se fusionen perfectamente con la naturaleza y dialoguen con ella y con el paso de el tiempo.

Hasta la eternidad.

5 comments:

Anonymous said...

Es cierto todo lo que has dicho sobre la obra de Chillida, su concepto de vacios y de espacios es inimaginable, hasta que te paseas entre los inmensos laureles de ese precioso parque, y sentado a su sombra, contemplas en la lejanía como otras ramas de hierro y oxido, intentan perderse en la luz del cielo.
Si te acercas a esos arboles del color del otoño y miras hacía lo alto, sientes deseos de trepar por ellos, de ascender por sus vientres lisos y tratar de llegar a la cumbre, como si fueses una simple ormiga, para una vez en ella, perderte en los espacios vacios y desde ese nuevo mundo misterioso seguir mirando el cielo.
Hay que reconocer que el entorno en el que normalmente se encuentran sus obras, es al tiempo que contradictorío (una mole de metal en medio de un parque de ancianos árboles)un regalo para la vista, donde esta se relaja y así puede apreciar con mayor intensida el sentido de esas almas gigantes, llenas de vacios y volúmens, que en el crepusculo parecen llamaradas hacia que pugnan por alcanzar la cupula tornasolada del firmameno.
Si alguien no lo ha visitado, lo recomiendo, sobre todo a primera hora de la mañana y al atardecer.
Esta vez no me has puesto los dientes largos, por fin una sola vez no me siento con ganas de correr a buscar aquello que nos has presentado tan fantasticamente.
Besos

LUIS ROSER RODRIGUEZ said...

CARMEN ERES UN ENCANTO, A VER SINOS VEMOS PRONTO.

Anonymous said...

Yo también estuve hace años en el Chillida Leku y para mi fue una experiencia de la que todavía no me he olvidado. Sé que volveré añgún día.

Un gran comentario

Elena said...

Me encanta Chillida. Esta semana santa pude ver su Peine de los Vientos en mi escapada a San Sebastián. Increíble. El oleaje y la escultura conformaban un todo difícil de describir. Tiene una fuerza fuera de lo común.

Veo que también compartimos afición por el arte, aunque ya me lo imaginaba, por tu vocación de pintor.

Tengo pendiente leer tu relato. Y dejarte mi comentario. Seguro que estará genial.

Un abrazo

Bean Recipes said...

Great blog post thanks for sharing.