QUE PASA PUES, CO!!!!
Sal de casa a las siete, vístete deprisa, no desayunes demasiado que no tienes mucho tiempo, coge el coche, intenta aparcar cerca. Cuanta gente, menos mal que llevas entrada, los palcos de abajo llenos, el primer piso, la barandilla…llenos.
Te sientas arriba del todo y Pum comienza. Comienza a moverte, blusas azules, naranjas, rojas, pantalones blancos y litros y litros de calimocho.
Sale la primera vaca, le han cortado los pitones, la plaza abarrotada y una charanga y otra y otra, trombones, trompetas, tambores, bombos, bocinas, tubas, clarinetes, y la vaca que corre que casi vuela.
Y yo comienzo a tener calor y todo va subiendo de volumen, rosa, rojo, naranja, ocres, marrones y el techo va a explotar, y todos bailan, el suelo retumba y yo lo noto.
El techo está apunto de caerse, es como un sexo invertido y yo quiero que se abra y eche afuera en una bocanada monstruosa toda esta humareda. De repente me veo en el ruedo, empiezo a correr, una vaca marrón me mira con un ojo de cristal, me persigue, me subo de un salto a la barrera.
Hace rato que no paro de moverme, entro y salgo, los hombros las caderas, la tortilla de patata y le bota de vino, la señora que cierra la merendera, huele a churros, la tierra tiembla, la gente flota, levita, las peñas son bolas de pelo de colores que fagocitan todo lo que encuentran a su paso.
Y la música ensordecedora diluyéndose en una pasta basta y espesa, y sudo, casi no puedo respirar, arriba y abajo, dentro y afuera y el techo se ha abierto y esta comenzando a aspirarlo todo, primero la gente del ruedo, la arena, las charangas, los instrumentos, los blusones, la vaca, ahora solo quedo yo, aprieto los dientes y fuerzo un silencio ensordecedor. Ya he llegado.
Ahora se ha roto y me quedo quieto bajo la lluvia blanca.
Siempre igual, cada vez que volvemos de las vaquillas, después de toda la noche sin dormir mi mujer enloquece en un éxtasis de lujuria taurina. Y cada año se repite lo mismo, cuando acabamos de hacerlo siempre acaba tirándome al suelo de un empujón.
Mírala, ahí la tienes, ya dormida, toda desmadejada, a dormir el pedo.
El caso es que me gusta, hasta me llama Jesulín, menos mal que hoy se acaban las dichosas fiestas.
Por cierto, no me he presentado. Me llamo Fermín y no me gustan las vaquillas, es más, las odio.
Aunque mirándolo bien, vale la pena fingir y gritar como un poseso cargado con la bota de vino cada año en las fiestas.
Sal de casa a las siete, vístete deprisa, no desayunes demasiado que no tienes mucho tiempo, coge el coche, intenta aparcar cerca. Cuanta gente, menos mal que llevas entrada, los palcos de abajo llenos, el primer piso, la barandilla…llenos.
Te sientas arriba del todo y Pum comienza. Comienza a moverte, blusas azules, naranjas, rojas, pantalones blancos y litros y litros de calimocho.
Sale la primera vaca, le han cortado los pitones, la plaza abarrotada y una charanga y otra y otra, trombones, trompetas, tambores, bombos, bocinas, tubas, clarinetes, y la vaca que corre que casi vuela.
Y yo comienzo a tener calor y todo va subiendo de volumen, rosa, rojo, naranja, ocres, marrones y el techo va a explotar, y todos bailan, el suelo retumba y yo lo noto.
El techo está apunto de caerse, es como un sexo invertido y yo quiero que se abra y eche afuera en una bocanada monstruosa toda esta humareda. De repente me veo en el ruedo, empiezo a correr, una vaca marrón me mira con un ojo de cristal, me persigue, me subo de un salto a la barrera.
Hace rato que no paro de moverme, entro y salgo, los hombros las caderas, la tortilla de patata y le bota de vino, la señora que cierra la merendera, huele a churros, la tierra tiembla, la gente flota, levita, las peñas son bolas de pelo de colores que fagocitan todo lo que encuentran a su paso.
Y la música ensordecedora diluyéndose en una pasta basta y espesa, y sudo, casi no puedo respirar, arriba y abajo, dentro y afuera y el techo se ha abierto y esta comenzando a aspirarlo todo, primero la gente del ruedo, la arena, las charangas, los instrumentos, los blusones, la vaca, ahora solo quedo yo, aprieto los dientes y fuerzo un silencio ensordecedor. Ya he llegado.
Ahora se ha roto y me quedo quieto bajo la lluvia blanca.
Siempre igual, cada vez que volvemos de las vaquillas, después de toda la noche sin dormir mi mujer enloquece en un éxtasis de lujuria taurina. Y cada año se repite lo mismo, cuando acabamos de hacerlo siempre acaba tirándome al suelo de un empujón.
Mírala, ahí la tienes, ya dormida, toda desmadejada, a dormir el pedo.
El caso es que me gusta, hasta me llama Jesulín, menos mal que hoy se acaban las dichosas fiestas.
Por cierto, no me he presentado. Me llamo Fermín y no me gustan las vaquillas, es más, las odio.
Aunque mirándolo bien, vale la pena fingir y gritar como un poseso cargado con la bota de vino cada año en las fiestas.
9 comments:
soy burbuja, vaya movida.
Cada día me sorprendo más de tu capacidad para ser capaz de realizar una historia de un hecho cotidiano, el cual se convierte a través de tus palabras, en una anecdota digna de una novela.
¡FELICIDADES CO!, eres el mejor, sigue por ese camino, muchos de tus lectores disfrutamos de cada linea y nuestra imaginación se desborda en su contenido.
Besicos, nos vemos a la próxima semana.
gracias Carmen eres un cielo.
Cuidate
que fuerte, y eso te ha pasado de verdad, ¿ es un sueño?, que es?, cuentay si vuelves llámame que te acompaño
jamás me hubiese imaginado la cubierta de la plaza de toros de zaragoza como la representación de un sexo invertido...
una cosa es lo que alguna vez había oído hablar de algo así como la erótica de la fiesta nacional y otra como casi le das la vuelta y lo conviertes todo en una orgía de fiesta, alcohol y erotismo/sexo...
me ha gustado tu relato, lo he encontrado descriptivo al mismo tiempo que divertido...
no dejes de regalarnos estas gotas de fresco rocío, por favor.
es el relato relacionado con las vaquillas mas interesante que he oido nunca
está genial.
a mi me pasa algo parecido con mi marido cada vez que va al futbol.
los toros es detestable, cruel, sanguinario, cobarde y retrógrada.
El relato: genial.
Las corridas de toros: el espectaculo mas sádico, incomprensible que aun este permitido hoy en día. Se mire por donde se mire, ilegalización ya.
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