Sunday, May 06, 2007

CRIMEN Y CASTIGO


CRIMEN Y CASTIGO, es una de las novelas marcadamente psicológicas de Dovstoieski.
Su argumento gira en torno a un joven estudiante, Raskolnikof, que abrumado por su vida miserable y su abrumadora pobreza, no encuentra otra solución que la de asesinar y robar a una vieja usurera. Solo así podrá continuar con sus estudios y así velar y ayudar a su madre y su hermana que sufren también las consecuencias de la miseria.

Hecho esto y una vez que resuelva su desesperadaza situación económica, Raskolnikof se propone transformarse en un hombre íntegro, trabajador, compasivo, para así poder anular su crimen, si es que en verdad se puede considerar como crimen la muerte de una vieja usurera, enferma y casi idiotizada que probablemente habría acabado de muerte natural unos meses más tarde.
El joven se decide al fin a llevar a cabo su acción, y lo hace con tal destreza que no deja el mínimo rastro que pueda llevar a la detención del criminal.
PERO ENTONCES SOBREBIENE LO INSOSPECHADO.
Raskolnikof creía tenerlo todo controlado, todo menos algo su propia y traicionera conciencia. Pronto se desatará un proceso psicológico en el cual se ahoga el alma del homicida, no por arrepentimiento, si no por un sentimiento de culpa, el desprecio de si mismo, la ley divina y humana que reclaman el CASTIGO.
Solo alcanzará la paz por la vía de la confesión, la expiación de sus pecados ante la sociedad, en un presidio….al margen de la ley.
Crimen y castigo está estructurada sobre un problema ético EL FIN NO JUSTIFICA LOS MEDIOS, aunque estos pretendan ser nobles, apartar de la sociedad a una persona dañina y decadente, la usurera, terminar su carrera, ayudar a su madre y hermana a salir de su mísera vida y volverse un hombre bueno y honrado como al final se propone el mismo criminal.
En definitiva, Raskolnikof representa la eterna y constante lucha entre el bien y el mal, lo bueno y lo malo, lo moral y lo inmoral. Se asiste así a un complicado proceso mental donde el protagonista elabora meticulosamente el crimen que va a cometer, sin pensar en las ventajas materiales u de otro tipo que le puede reportar, ya que al final acabará robándole una pequeña suma de dinero, sus verdaderas motivaciones para cometer tal acto, son más bien de orden moral, CASI SE PODRÍA DECIR QUE ES UN CRIMEN ALTRUISTA, un crimen por el que la comunidad le debería de estar agradecido…

Bajo estas apariencias va encontrando en aquel acto reprochable una justificación generosa, sincera y por lo tanto y de alguna manera que lo hace estar en paz consigo mismo.
Al amparo de tales premisas que se propone adoptar para sobrellevar mejor las consecuencias de su propio acto, matar no es tan malo, solo es una difícil decisión que hay que tomar y realizarla y lo
único que le preocupa en ese momento es no ser descubierto por la policía.
Una vez cometido el crimen vuelve a su habitación y se tumba en su camastro durante horas, sin una percepción real del paso del tiempo, en un estado febril que el autor se detiene durante bastantes páginas en relatarnos, transportándonos a un mundo febril
De una ansiedad palpitante, dentro de una pequeña y mísera buhardilla de madera, donde al final logra crear una atmósfera casi irrespirable, como el pobre y febril alma de Raskolnikof.
Pronto comenzará a obsesionarse por si ha dejado alguna prueba que lo pueda delatar.
El paso de un estado al otro es lento va ocurriendo a base de reiteraciones y episodios meticulosamente entretejidos que el autor desgrana a lo largo de la obra. Así en cierto momento el asesino se adormece y sufre una serie de alucinaciones y pesadillas, en las que revive el crimen en todos sus detalles, AUNQUE ESTO TODAVÍA NO ES UN VERDADERO REMORDIMIENTO, para Raskolnikof casi es como cometer un segundo asesinato.
La conciencia de culpa le llegará más tarde y solo a través del amor de Sonia, otro ser desdichado y perdido como el, con una única postura ante la vida, la resignación y el sacrificio.
Pero aún así el reconocimiento de la culpa no es el arrepentimiento y si confiesa es por descargar su alma, por recuperar la paz perdida, por cambiar de alguna manera su febril estado.
Incluso, más tarde ya en el presidio, continua esta lucha interna, su crimen como tal no es condenable moralmente y más bien reniega de la debilidad que le llevó a confesar, únicamente y al final del libro, solo por su amor a su amada Sonia, su amor incondicional y del conocimiento de la verdad divina, le llegará el arrepentimiento redentor que tanto tiempo lleva buscando.

En definitiva, una novela ALTAMENTE RECOMENDABLE, oscura y lenta a veces, árida e intransitable otras, un reflejo del alma del hombre, de nuestras contradicciones, miedos, esperanzas….

9 comments:

Anonymous said...

EL FIN NO JUSTIFICA LOS MEDIOS

No conocía esta novela aunque me hago una ligera idea del problema moral que se le plantea al protagonista. Creo que lo que realmente empuja a matar a la usurera es, además de la miseria en la que vive rodeado, el miedo.(¿Quién está libre hoy dia de este miedo?...).

Un miedo atávico a un futuro incierto, a la desgracia, a la pervivencia en un mundo al que él cree que no debe pertenecer. Otros miedos seguro que le influyen también: el miedo a pedir un favor, el miedo a pedir dinero, el miedo a pedir ayuda a un amigo. Todos estos miedos bien se podrian aunar también con otro término que también es otra plaga para el hombre: el orgullo mal entendido.

Muerte para conseguir dinero, esa ecuación nunca me casa bien... sea quien sea la otra parte o más bien sea como sea.
El Crimen no es mas que una flagrante falta de amor. Pero el crimen es tan viejo como el hombre. ¿Cómo permite Dios algo tan abominable? Quizá porque no vemos la importancia de las cosas desde el mismo prisma. Para Dios quizá los hombres seamos como hormigas que se agitan furibundas allá abajo en esa tierra, y nos deja hacer y aprender a base de darnos hostias unos contra otros y tal vez en el fondo él sea juez imparcial porque a veces el mayor juez, como le ocurre a nuestro amigo protagonista, es nuestra propia conciencia (o consciencia...o como coño se diga). Y quizá otras simplemente nos deje hacer porque la propia vida al igual que la muerte tienen sus propias leyes inalterables y muchas veces solo pasa lo que tiene que pasar y no se permite que pase otra cosa y lo que debería no haber pasado y acaba ocurriendo provoca que unas veces quienes fueron verdugos acaben por convertirse en víctimas, aunque sean de su propia conciencia. En eso se basa el libre albedrío y la limitación de actuación de los hombres.

Y al final, como al principio siempre se puede recurrir a esa fuerza que se erige mayestática entre lo que ha sucedido y lo que tiene que suceder: el perdón, que todo lo cura y cambia. Hasta el curso de las historias más trágicas puede cambiar el perdón.
(Perdón por esta parrafada... jejejeje)

LUIS ROSER RODRIGUEZ said...

Diego eres un intelectual como la copa de un pino, ojalá algún dia te dediquen una calle en MORATA.

JAJAJAJAAAAAAAAAA

MUCHOS SALUDOS, GRANAMIGO Y MEJOR PERSONA

Anonymous said...

una gran novela y un gran comentario

Anonymous said...

Según los psicólogos, además es un comportamiento real en los asesinos; esperan que los descubran para poder pagar su falta.

Un novelón, sin duda

Anonymous said...

Muy bueno, el comentario, una gran novela

Elena said...

Gran dilema moral el que plantea este libro. El peso de la conciencia, el hecho de que ningún fin justifica unos medios terribles para llegar a él... Siempre me ha sorprendido que los psicópatas no posean esa cualidad de tener conciencia. Al parecer muchos de ellos no pueden distinguir entre el bien y el mal a no ser que alguien les enseñe, pues no poseen una conciencia moral como la mayor parte de las personas.

Creo que matar a alguien es siempre un acto abominable, aunque se trate de una persona dañina para la sociedad. Debe ser difícil vivir con esa culpa colgada a tus espaldas.

Otra lectura a tener en cuenta para este veranito. Gracias por la estupenda reseña. Y por tus comentarios en mi blog, que me han puesto hasta colorada :-)

Un abrazo

Anonymous said...

tiene algo de místico, topdo esto que cuentas, la conciencia, el arrepentimiento, el castigo...

Me han dado ganas de ller la novela

cain said...

Yoleí la novela pero hace unos años, asi que no recuerdo muy bien ni lo que pasaba. Lo comentarios que hcieron aqui, dieron gama de releerla.Recuerdo la culpa por el asisenato, y hasta que comienza a dudar realmente de entragarse o no por un crimén tan poco notorio.
Pero , em aprece que un crime, puede serparte de lo conciente, Los psicótas lo que no tienen son nociones de los lítemos morales comunes. el tiene su propio código.
Aún asi me parece que el crimén en ciertas circunstacionas, podría cometerse. Por que por ahi no tenés otro camino-
. Esto me hace acordar de una escena de Adaptación o el ladrón de orquideas, cuendo do Meryl Streep tiene que tomar una decesión por que los habían descubiert.
Ojo...Creo que matar a una persona es un acto útimo. Pero existen y afortunadamente son pocas, en el que te puede llegar a tocar es a vos y no te queda otra salida.
A lo que voy es Los crimenes perpetrados por personas que ejercían gobierno y que fué hasta el 83, recuerdan? Eso es imperdonable.

CHILENO said...

No hay que olvidar que este novelista ruso vivió en carne propia los rigores de una vida miserable y cruel, de hecho estuvo a punto de morir en un campo de concentración, por lo que la psicología del protagonista se nota que tiene algo de Dostoyevski. Tambien hay que considerar que este autor esta altamente influenciado por la corriente filosófica del existencialismo, que es mas bien una mirada sombría y de resignación de la vida. Esta perspectiva esta inmersa en el contexto histórico de la segunda guerra mundial, de allí su origen tan miserable. En mi opinión Rusia tiene a dos de los mejores escritores del mundo.. el otro seria Leon Tolstoi. Un humilde aporte de un joven chileno...