Torcuato Luca de Tena Nació el 9 de junio de 1923 en Madrid. Ex director de ABC periódico que fundó su abuelo. Su padre fue nombrado embajador de España en Chile. Torcuato cursó en Santiago los tres primeros años de la carrera de Derecho. Miembro de número de la Real Academia Española, publicó su primera obra en Chile a los dieciocho años. Torcuato Luca de Tena ha cultivado el teatro, la poesía, el cuento y el ensayo histórico. Premio Nacional de Literatura, Premio Fastenrath de la Real Academia Española, Premio de la Sociedad Cervantina de Novela y Premio Planeta. Falleció en Madrid el 1 de junio de 1999.
ALICIA GOULD que es la protagonista de esta novela, se nos presenta como un personaje fascinante, enigmática, con una rapidez y una inteligencia capaz de desmoronar a cualquiera de sus contrincantes.
Los renglones torcidos de dios es ante todo Alicia, su protagonista, sus análisis de cuanto ve y ocurre a su alrededor.
Alicia es una detective privada de cierto renombre, con una edad entre los cincuenta y los sesenta años, astuta y con sobrada experiencia en la vida, un día recibe el encargo de investigar el posible asesinato del padre de uno de sus clientes.
Alicia ingresará voluntariamente en un Psiquiátrico tras la pista de una misteriosa carta que se le envió al fallecido desde dicho centro.
Pero lo que en un principio parecía una reclusión temporal y voluntaria se transformará en una reclusión en toda regla.
Los Renglones Torcidos De Dios" habla de la dureza de una vida privada de facultades mentales. El autor refleja magistralmente las perturbaciones de la mente humana, la inocencia así como la crueldad de la enajenación.
Las descripciones de la vida del psiquiátrico rozan la perfección, llevándonos a terrenos donde se impone la ternura, las escenas tiernas para a continuación lanzarnos a la cara lo grotesco y descalabrado de la falta de razón.
El autor nos presenta en esta novela una serie de personajes que habitan el sanatorio, esquizofrénicos, obsesivos sexuales, autistas, fobias, paranoicos para así y a lo largo de la novela hacer referencia a términos de psicología y psiquiatría que, lejos de ser tediosos, proporcionan al lector una información muy ilustrativa sobre las afecciones de la mente, sus variantes y tratamientos, poniendo como ejemplos los casos de los pacientes de éste psiquiátrico.
Junto al personaje de Alicia cabe destacar el de Monserrat Castell, una joven asistente encargada de la acogida y el trato a los recién llegados, este personaje se nos presenta tan entregado a su trabajo, que casi podría ser un ejemplo de compromiso hacía los demás que bien puede ser un homenaje a todos los profesionales sanitarios.
Desde luego no es la novela más interesante que he leído, pero sí que tiene ciertos aspectos que creo que cabe resaltar como el frágil límite que hay entre la cordura y el delirio, límite que probará la protagonista Alicia en su propia persona al verse encerrada en el sanatorio y que el equipo médico del mismo asista incrédulo ante sus explicaciones.
Esta novela si en algo invita a reflexionar es en el arma más poderosa del ser humano, la mente y la inteligencia. Sin ellas no seriamos capaces de relacionarnos ni de concebir el mundo que nos rodea tal como lo vemos hoy en día.
Por último decir que el autor se internó durante una temporada en un sanatorio con la intención de estudiar a los internos y crear los personajes que se describen en ella.
En definitiva una novela interesante, que te atrapa por la acción que muchas veces tiene la misma, pero que llegados al final en mi opinión abusa de su personaje principal, de su astucia, de su diferenciada posición con los demás, de su sensiblería, llegando casi a infantilizarlo.
Interesante.
ALICIA GOULD que es la protagonista de esta novela, se nos presenta como un personaje fascinante, enigmática, con una rapidez y una inteligencia capaz de desmoronar a cualquiera de sus contrincantes.
Los renglones torcidos de dios es ante todo Alicia, su protagonista, sus análisis de cuanto ve y ocurre a su alrededor.
Alicia es una detective privada de cierto renombre, con una edad entre los cincuenta y los sesenta años, astuta y con sobrada experiencia en la vida, un día recibe el encargo de investigar el posible asesinato del padre de uno de sus clientes.
Alicia ingresará voluntariamente en un Psiquiátrico tras la pista de una misteriosa carta que se le envió al fallecido desde dicho centro.
Pero lo que en un principio parecía una reclusión temporal y voluntaria se transformará en una reclusión en toda regla.
Los Renglones Torcidos De Dios" habla de la dureza de una vida privada de facultades mentales. El autor refleja magistralmente las perturbaciones de la mente humana, la inocencia así como la crueldad de la enajenación.
Las descripciones de la vida del psiquiátrico rozan la perfección, llevándonos a terrenos donde se impone la ternura, las escenas tiernas para a continuación lanzarnos a la cara lo grotesco y descalabrado de la falta de razón.
El autor nos presenta en esta novela una serie de personajes que habitan el sanatorio, esquizofrénicos, obsesivos sexuales, autistas, fobias, paranoicos para así y a lo largo de la novela hacer referencia a términos de psicología y psiquiatría que, lejos de ser tediosos, proporcionan al lector una información muy ilustrativa sobre las afecciones de la mente, sus variantes y tratamientos, poniendo como ejemplos los casos de los pacientes de éste psiquiátrico.
Junto al personaje de Alicia cabe destacar el de Monserrat Castell, una joven asistente encargada de la acogida y el trato a los recién llegados, este personaje se nos presenta tan entregado a su trabajo, que casi podría ser un ejemplo de compromiso hacía los demás que bien puede ser un homenaje a todos los profesionales sanitarios.
Desde luego no es la novela más interesante que he leído, pero sí que tiene ciertos aspectos que creo que cabe resaltar como el frágil límite que hay entre la cordura y el delirio, límite que probará la protagonista Alicia en su propia persona al verse encerrada en el sanatorio y que el equipo médico del mismo asista incrédulo ante sus explicaciones.
Esta novela si en algo invita a reflexionar es en el arma más poderosa del ser humano, la mente y la inteligencia. Sin ellas no seriamos capaces de relacionarnos ni de concebir el mundo que nos rodea tal como lo vemos hoy en día.
Por último decir que el autor se internó durante una temporada en un sanatorio con la intención de estudiar a los internos y crear los personajes que se describen en ella.
En definitiva una novela interesante, que te atrapa por la acción que muchas veces tiene la misma, pero que llegados al final en mi opinión abusa de su personaje principal, de su astucia, de su diferenciada posición con los demás, de su sensiblería, llegando casi a infantilizarlo.
Interesante.
3 comments:
Hay novelas que habría que leer sólo por el título y ésta parece ser una de ellas.
No sé si la leeré algún día, pero a pesar de mi ateismo militante, la tendré en cuenta en un futuro.
de los mejores libros que he leido en mi vida
http://javizgz.blogspot.com/
No olvidemos que Torcuato (como Vallejo, el Pemán...) fueron bestselleros del franquismo y que les dura la racha (aun difuntos) a pesar de que el mejor color siempre será el de una buena hemorragia ocular (la mejor imagen es la de Gabilondo con la dramática historia taurina de dos bravos que se enredan de cuernos mirando cabizbajos a la arena). Tampoco olvidemos que la famosa interpretración de Kirk Douglas de cierto personaje sólo se dejó estrenar en España a condición de cambiar el título ("...ni hablar...", "...sólo un "loco..."","...se quita la vida...", "...don de dios, bla, bla, bla..."). Tuvo que ser pues "El loco del pelo rojo". Tampoco olvidemos que cuando hay una tendencia que arrastra es la tendencia estelar (grupillos de música que hablan de otros genios sin haberse leído ni la obra, peluquerías, nuevas estéticas pecotosas...)se atribuyen algo de aquel pintor que ni los especialistas en resurrección le podrían levantar del susto. Y la corriente arrastra inevitablemente también a otro tipo de "expertos" que descubren con voz de gravedad el enigma de su enfermedad al contemplar una y otra vez trazos y trazos arremolinados y circundantes. Pero, valga la ironía, no hay por qué preocuparse pues la crítica sigue opinando o desvariando: Quevedo también era esquizoide (esa versificación endiabladamente retorcida y plagada de quiasmos), hablar en segunda persona tiene dos interpretaciones (el desdoblamiento del yo ("esquizofrenia")o una marcada y pretendida intención literaria), Lázaro era un pícaro que como el bíblico Moisés de las tablas del castigo viajó por el líquido amniótico enamorado de su mamá... En definitiva lo único que yo viví en mi etapa de irrealidad (entre monjas y dictadura del famoso descendiente republicano) fue la cordura de descifrar la obra sin caer en la trampa ni en ninguna clase de intriga. Desgraciadamente es una enferma. Ingresa porque está enferma y lo peor que le puede pasar es creer que ese es su hogar, su destino, su trabajo... El demiurgo da definitavamente el cerrojazo carcelario como cualquier poli de pacotilla y fin de la historia. Todo lo demás arrastra un escenario milenario (recuerden la pesíma película Amadeus y la cara dura del supuesto compositor rival cuando se despide de la genialidad e insulta a los enfermos con un burlesco "mediocres del mundo yo os absuelvo"). Simplemente es morbo, más morbo y otra vez morbo (circo, jaula, miradas oscuras y quemadas de ojeras...) hasta la idiotización o el "bombardeo psicópata" de ayer, hoy, mañana y siempre. ¿Siempre?,no,hay gente que piensa. Leyendo por aquí y por allá se descubre que el que padece Alzheimer sufre una desintegración del yo (eso tan nuestro, tan de individuos y tan identificativo), que un tal Willis se inquietó ya en el siglo XVII por el cerebro de los cocodrilos y dándole vueltas a la olla de la botica intuyó que el origen de la vida estaba en el agua (mucho antes del Darwinismo)o que un enamorado de la química descubrió en España el tungsteno y pensó en el efecto de la luz (sin olvidar nunca la tabla periódica). Esperemos que como dice Sabina nada se vuelva comercial ("...que para que a esta canción sea comercial le falta un buen estribillo..."), que no se nos exija volver al redil y que si a Cervantes se le olvidó que el burro de Sancho se había perdido y luego apareció sin más no se le recuerde tampoco que la locura de don Quijote debería haber merecido una buena autopsia.
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