INSTRUCCIONES
Esta que ven ustedes es mi amiga soledad
Es mi policía, mi vigilante
Yo no la vi entrar, pero se ha apropiado del sofá
Ahora quítate el uniforme, mujer severa
Súbete a un tacón y mírate a un espejo
Linda maestra, tan bella de miserias
Ábrete el pecho y muéstrame el animal.
Tú que me instalaste frías dunas en los ojos
Yo que creí tener clavadas agujas.
Después fosilízate de una vez
Conviértete en piedra, carbón o vestigio
Y aparta, que salga a la puerta
Que quiero respirar el olor del azúcar quemado
Ahora que te has ido, volveré a la niñez
Me echaré un amigo y le montaré una bicicleta
Solo para echar piedras al río.
Solo para echarle al río piedras.
¿Qué piedras?
Pues…esas, las tuyas, las que pesan.
Esta que ven ustedes es mi amiga soledad
Es mi policía, mi vigilante
Yo no la vi entrar, pero se ha apropiado del sofá
Ahora quítate el uniforme, mujer severa
Súbete a un tacón y mírate a un espejo
Linda maestra, tan bella de miserias
Ábrete el pecho y muéstrame el animal.
Tú que me instalaste frías dunas en los ojos
Yo que creí tener clavadas agujas.
Después fosilízate de una vez
Conviértete en piedra, carbón o vestigio
Y aparta, que salga a la puerta
Que quiero respirar el olor del azúcar quemado
Ahora que te has ido, volveré a la niñez
Me echaré un amigo y le montaré una bicicleta
Solo para echar piedras al río.
Solo para echarle al río piedras.
¿Qué piedras?
Pues…esas, las tuyas, las que pesan.
7 comments:
Es cierto que la soledad pesa, y que se aprende mucho con ella. Tiene un sabor dulce -cuando es elegida- y amargo -cuando es impuesta-. Y muchas veces se siente como algo más que necesario, para respirar y ser nosotros mismos.
Lindo poema, Luis. Muy elocuente y expresivo.
Por cierto, ya tengo nueva reseña en mi blog. Allí te espero.
Un abrazo fresquito, que hace mucho calor.
La soledad... refugio de solitarios, incomprendidos, místicos, es decir de poetas. Junto al amor es el gran tema de la poesía.
Gracias por estos versos, Luis.
Móntame la bicicleta,
déjame montarte la bicicleta,
dáme piedras, de esas que pesan,
déjame ayudarte a tirar esas piedras al río,
tírame mis piedras al río,
déjame oler también el olor a azucar quemada.
Si tu quieres iremos al río, iremos a los ríos,
y volveremos del rió, y volveremos de los ríos,
y tirarás una piedra, y tirarás dos piedras,
y tirarás muchas piedras, todas las que quieras,
y después, si quieres, a la vuelta,
iremos a las playa.
GRACIAS A VOSOTROS POR ESTOS BONITOS COMENTARIOS
que bonito el final de las piedras...., pues eso, las tuyas...las que pesan
HOLA soy CRISTINA LA DE LOS COMENTARIOS DE WILDE, que bonita ¿ es tuya ?, me ha gustado mucho deberia se escribir más poemas
Luis, te pasas. Estás hecho todo un poeta, ¡cuántas piedras has debido tirar ya!
Un abrazo.
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