Un nuevo edificio en la ciudad.
Un museo de arte contemporaneo. Una red de escaleras mecánicas que se cruzan, los viejos tejados, dentro de los nuevos.
Grandes salas, grandiosas, apabullantes. Pronto se nos termina la capacidad de sorpresa, poca ambición para un cascaron de 24 millones de euros, desfase presupuestario, eco y carencia de obra.
Espacio y arte por y para el pueblo, dice Pablo Serrano pegado a la pared.
Nos queda el futuro.
Arriba, en la azotea el cierzo nos despeina y nos hace más humanos.
En la noche, la ciudad brilla con sus luces y sus sombras.
Conspira a favor nuestro.
Otro peso más para la eterna e invencible Zaragoza.
Poesía para perdidos 24 de Mayo 2025
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*Isabel Esteban*
Mi nombre es Isabel, aunque para unos cuantos soy Maribel y para otros
Isamar de Fondo. Escribo y pinto desde que puedo recordar, aun...