Wednesday, April 04, 2007

LAS UVAS DE LA IRA




Las uvas de la ira.
John Steinbeck


1902 – 1968


El sol bien alto, el polvo de los caminos, los granos de cereal, el olor de la avena, caminos resecos, árboles quemados por el sol que apenas ofrecen sombra, una tortuga solitaria que camina poco a poco cubierta de una fina capa de polvo, el aire recalentado y asfixiante…
Cae la tarde y se pone el sol, todo adquiere un color agresivo y anaranjado y el polvo suspendido en el aire poco a poco vuelve a su lugar de origen, y salen los gatos y los perros de sus escondites y se despiertan perezosos….

Así es el comienzo de la novela más o menos. Comienza con una descripción de la naturaleza más propio de un escritor romántico ruso que del propio autor al que nos referimos.
Tom Joad el principal protagonista es un ser excepcional dentro del universo que se relata, es una persona inconformista, maltratado por la vida y por el sol que poco a poco los extingue a todos. Tom acaba de salir de la cárcel después de cumplir la condena por haber matado a un hombre durante una pelea. Que nuestro protagonista ha matado a un hombre, es innegable, pero tiene un sentido muy peculiar tanto de su propia vida como de la cárcel, de las causas que llevan a los hombres a arruinar su propia existencia, Tom es al fin y al cabo un libre pensador y por lo tanto es muy fácil provocarle.
Cuando por fin después de un largo viaje Tom regresa a su casa se encontrará con que los bancos y los banqueros que son los dueños de las tierras están echando a todos de sus casas.
Tom llegará acompañado por un predicador que ha encontrado en al camino, el mismo predicador que unos años antes sermoneaba para su propia comunidad.
Este último personaje es muy interesante ya que es una persona con unas firmes convicciones, pero que debido a la situación general en la que todos se encuentran deja de tener fe en si mismo y en todo lo que el mismo defendía en sus sermones. Ahora mira las cosas y las llama por su nombre, hambre, suciedad, pobreza, delgadez, niños con la barriga hinchada…Casey es el complemento ideal de Tom, por que al igual que este es un libre pensador, solo se diferencia del primero, que él ya no espera nada de la vida.
La familia joad, como el resto de los habitantes del pueblo, como centenares de miles de personas que hicieron lo mismo en los años treinta decide coger lo poco de valor que tienen, colchones, sartenes, mantas…y emprender el largo viaje hacía la tierra prometida, CALIFORNIA, la tierra de las naranjas, de las manzanas y las peras, de las vides, de las casas limpias pintadas de blanco…En este punto se ponen en cuestión varias cosas, la primera sería la manipulación y el provecho de situaciones desastrosas y desesperantes, los propios dueños de las grandes extensiones y de las producciones de California son los que han creado una mentira basada en una gran demanda inexistente, lanzando octavillas por los pueblos azotados por una sequía extrema, dando mensajes equívocos de falsa prosperidad y de agradables expectativas que nunca se verán cumplidas.
Tanto john como Casey el predicador, se darán cuenta del verdadero sentido de todo aquello, de las verdaderas intenciones, del propio proceso en el que se han metido y cada uno de ellos a su manera tendrá que pagar su precio. Aunque eso lo veremos más tarde.


PRIMERA PARTE


Monday, April 02, 2007

INTRODUCCIÓN SOBRE LAS UVAS DE LA IRA


Quiero comenzar diciendo que LAS UVAS DE LA IRA, es una gran novela por muchos motivos, principalmente tres, su tremenda visión de unos hechos que pasaron en los Estados unidos en los años treinta cuando una gran parte de el país tuvo que emigrar a las zonas ricas y con trabajo como California y la plena actualidad de estos hechos hoy en día.
El segundo punto sería la fuerza narrativa y la constante y sentenciadora presencia de la naturaleza en toda la novela.
La propia naturaleza juega un papel de juez, de madre creadora, de verdugo, solo hay que ver como comienza la novela, en la aridez más absoluta y acaba con unas inundaciones exterminadoras. Por tanto lo que quiero decir es que en esta novela se respira la naturaleza, se siente, es el gran personaje de fondo de la novela, la condición que muchas veces marca el rumbo de los protagonistas.
Por último el tercer punto a destacar son sus personajes, áridos y cavernosos, pero muy humanos a la vez, y por supuesto el final, pocos finales son tan contundentes y dejan en el lector un poso de desesperanza como este.
El final de este libro es desgarradoramente bello, como una piedad de Miguel Angel dentro de un viejo establo de madera y a la espera de la Apocalipsis. Es un final rotundo, sin matices, o lo tomas o lo dejas, no hay término medio, pero a la vez dentro de toda la crueldad a la que se ven sometidos los protagonistas, tiene algo difícil de ver, pero esperanzadoramente bello.

Steinbeck ahonda de una forma nada superficial en las razones y las causas del rechazo ante la desgracia ajena, ante lo desconocido, ante lo que puede suponer la pérdida de nuestra propia seguridad y bienestar. Mediante la situación de la familia protagonista el autor hace un vivo y desgarrador retrato de los movimientos migratorios que se producen en el mundo y el miedo que los mismos pueden llegar a provocarnos, así mismo el autor traza en todo momento un genial análisis acerca del bien y del mal, de lo bueno y de lo malo, mediante una situación límite en la que al final lo único que queda es la propia supervivencia. Eso si te dejan sobrevivir, por que entre otras cosas no interesa que nuestros protagonistas sobrevivan.
También cabe destacar un claro mensaje filosófico en gran parte de la novela, ya bien por el propio pensamiento de los protagonistas o por el desarrollo de los hechos que ocurren.

Al recibir el premio Nobel en 1962, John Steinbeck describió la obligación del escritor como «sacar a la luz los sueños oscuros y peligrosos de la humanidad con el propósito de mejorarlos.» Por esta razón algunos críticos han menospreciado su obra: lo han caracterizado como defensor de la crítica socialista del capitalismo; o, alternativamente, lo han visto como campeón del individualismo, o como un principiante en la sociobióloga, o como naturalista.